La estrella del local cuando entras en el Restaurante Asador Llopis además de las cuatro cabezas de toro que presiden el salón es el horno de leña que guarda la entrada de la cocina. Ese horno es el que alberga los cochinillos que luego asomarán sus cabezas por las mesas de los comensales. Todos los asados se hacen con leña de encina: no sólo queda mejor el asado sino que tienen el cuidado necesario vigilando que la temperatura no baje nunca de los 200 grados durante las tres horas que lleva de horneado.