Vega Comer y Picar en Betanzos

Espectacular.Raciones calidad-precio perfecto, postres caseros impresionanteRecomendable.Rapidez, amabilidad, calidad...no se puede pedir más.

Restaurante con entrantes y platos típicos de la zona como tortilla , carrilleras , peixes, caldo, ensalada de mejillones muy buena. Postres caseros. Disponen de terraza y alojamiento.

Una tarta de queso y zanahoria, que además de una expectacular presentación, estaba deliciosa. Personal muy agradable y como veis por las fotos, grandes profesionales...

Nos gustó un montón. Las críticas que hay sobre el personal incomprensibles, el camarero que nos atendió muy agradable y atento. La comida fantástica (ración de croquetas de marisco, pimientos de padrón y la famosa tortilla de betanzos + 2 cervezas = 34€)Muy recomendable.

Confirmo lo que he leído en las reseñas, el camarero se debería dedicar a otro oficio que no sea atender al público. Me puede decir educadamente que no me puede atender porque vamos justos de hora, en vez de tenernos 10 minutos esperando fuera sin mirarnos a la cara. Que poco profesional por su parte. Recomiendo que bajéis la calle, en el casco antiguo tenéis infinidad de bares con un trato muchísimo más cercano. Este sitio se merece 0 estrellas!!!

Ha empezado a llover y hemos entrado al Vega Comer y Picar (según se anuncia en su cartel exterior).Nos hemos sentado en la pequeña terraza con toldos en una mesa libre que nos han ofrecido, teniendo todo el interior vacío, hemos pedido 2 cervezas y una tortilla Betanzos de 2 porciones de 11 euros (que para 1 tortilla es un precio de guía Michelín) según se indica en su carta y el camarero nos ha preguntado si solo queríamos eso, al decirle que si, que eso es todo, nos ha indicado que no nos podía servir tan poca cosa y que nos teníamos que ir y no podíamos ocupar la mesa. Seguramente hubiéramos estado no más de 15 minutos que es lo que dura una cerveza.Me alegro que al final hayamos marchado, ya que está lleno de bares con ricas tapas en locales que no són tan exigentes y exclusivos y aunque con educación te invitan a salir. Pues nada señores iré a gastar mi dinero a otro lado.

No conseguimos cenar allí a pesar de llegar a las 20.15h un miércoles. Antes que nosotros estaba preguntando una mujer y un chico alemanes si podían cenar. Un hombre mayor que estaba poniendo los servicios de mesa les respondió que no, que dentro de un rato, sin decirles cuánto era el rato. Fuera ponía que abrian a las 20.00 y que el servicio de cena empezaba a las 20.30h Nosotros íbamos con un bebé y una niña de 4 años y le preguntamos si podíamos esperar sentados hasta que empezase el servicio de cena faltaban 15 minutos), nos contestó que no muy secamente. Cómo en la recepción del hostal que hay junto a la entrada del restaurante había un banco me senté para darle el pecho al bebé y esperar a que empezase el servicio de cena y el hombre al verme sentarme allí con el bebé en brazos me preguntó a gritos desde el restaurante si teníamos reserva, al decirle que no nos dijo que estaba todo el restaurante reservado para los huéspedes del hostal.No nos llevamos una buena impresión

El trato impecable, un local muy cuidado y bien situado. Recomiendo ir con tiempo porque es difícil conseguir sitio. La comida muy rica, especialmente los calamares y la carne.

Digno heredero de Herodes. El camarero nos ha echado al ver aparecer a una pareja con una niña de dos años. Con grandes muestras de nerviosismo nos ha dicho que no podía atendernos a pesar de tener varias mesas libres. Y más que una crítica, solicito una colecta para comprar grandes dosis de tila y valeriana para el camarero. Con esas formas a lo único que pueden aspirar es atender al ganado (con perdón del ganado) y no a las personas. Te recomiendo que cambies de profesión