Restaurante La Marina en Mañón

Situado en un sitio privilegiado, en primera línea de la Playa de Estaca de Bares. Además, está poco masificado en general.Tiene terraza que da a la playa y otra más fresquita que da a la parte trasera.La atención buena y amable, con servicio rápido (pero reservamos con antelación)Lo mejor la paella, que pedimos para 2 personas y éramos 3. Ración suficiente para quedar estupendamente, con almejas, cigalas, vieiras y un buenísimo arroz ligeramente caldoso.Los precios bastante asequibles (la ración de paella por persona unos 20€)Para repetir sin duda!

Pedimos una mariscada normal compuesta por almejas, langostinos, zamburiñas, mejillones y una nécora, la nécora se transformó sin previo aviso en 5 berberechos, sitio osboselto con muy buena localización y vistas. La calidad de la comida es buena, pero la atención al cliente regular/mala

Malísima atención. A tal punto que no llegamos a ordenarAl ingresar al establecimiento e indicó la cantidad de personas para almorzar. La señora con muy mala cara se quejó!! Así y todo ingresamos. Nos acomodo adentro. En cuanto dijimos afuera hay lugar? Dijo no, solo acá hay. Estaba vacío. Pero bue.. capaz había reservas.Demoro tanto en atendernos luego. Que cuando fui al baño le pregunté si podemos ordenar. Y me dijo… si están apurados.. van a tener que esperar. Hay demoras. A simple vista el restaurante tenía muy poca gente. Pero bue.. obviamente nos levantamos y nos fuimos. Fue l mejor decisión con una atención así. Por favor. Ya l comida me caía mal. Desastre!! Sólo tiene una buena ubicación Frente al mar

No puedo hablar de la comida ni del precio porque ni si quiera llegamos a probarla. Teníamos reserva a las 15:30 y a esa hora estaban empezando a atender a los de las 15 (es decir, un retraso bastante grande).Decidimos esperar y había otra pareja con la misma hora que nosotros que quiso sentarse aunque no les atendieran, ahí fue cuando vimos el trato del personal, diciéndonos a nosotros que les sentaban para que se callaran y porque eran "muy bordes".Además, el trato entre los trabajadores no es muy bueno, y tienen al hijo pequeño ayudando detrás de la barra.Una imagen pésima.

Con reserva previa a las 15:30, en cuanto llegamos estaban estando a los de las 15… de maneras muy borde y secas nos dicen que tenemos que esperar que tengamos paciencia que por mucho que nos sentemos no nos van a atender ni pedir comanda. Otra pareja delante nuestra se empeñó en sentarse y la camarera nos dijo a nosotros que no venía a cuenta siquiera que “la sienta para que se calle”… en cuanto escuchamos eso nos marchamos y en cuanto vieron que no estábamos nos llamaron para ver qué había pasado…Una pena que de tres restaurantes que hay en todo el pueblo, tengan un trato tan nefasto…

Pésimo, sin duda lo mejor de ese sitio son las vistas a la ría.32€ por medio bogavante que pesaría como mucho 250g, 1hora esperando por un arroz cuando solo había dos mesas ocupadas en el restaurante y toda la comida escuchando las discusiones en la cocina... Nada más que decir, sin duda no lo recomiendo.

Habíamos ido varias veces de la pandemia y nos gustaba. Hemos vuelto por primera vez desde entonces... Y no volveremos. La carta es extraña: tu única oferta de arroz es "paella normal" y ofreces "mariscada normal" a la que unes huevos fritos, ensaladas y platos más de chiringuito de playa que de restaurante.Las almejas NO estaban nada buenas. Con tres mesas ocupadas tardan más de veinte minutos en tomarte nota, tienes que pedir el pan y esperar diez minutos más por la bebida,...

Este restaurante ha perdido mucho, venimos hace un par de años y la comida era mejor.Ahora hay escasez de comida y con precios desorbitados, lo único que tiene bueno son las vistas. 1 euro el trozo de pan y así todo, es algo escandaloso

Tenía muchas dudas cuando hemos ido este mediodía, porque había valoraciones de 1 estrella y de 5 estrellas, lo que a mí me sorprende. He de decir que me quedo en una valoración media simplemente porque los calamares estaban muy buenos y el sitio está ubicado muy bien. La especialidad del arroz, decir que nobestaba mal pero no es algo que me haya sorprendido. Los precios moderados. Los postres nefastos y carisimos. No hemos encontrado ningún tipo de encanto, más bien desencanto. Son esos pequeños detalles que pueden conseguir que la cosa funcione o no. No puedes venir a atenderme con una camiseta con gotas de grasa en medio del pecho tener sillas rotas y desordenadas por la terraza, decorado muy anticuado... me da pena que ni cuidemos más esa imagen en sitios como estos.