Marela Cantina en O Pino

Muy buena elección en pleno camino. La comida distinta para los estándares del camino, muy rica y sana. Se agradece una apuesta distinta.

Local cuidado. Menú 12€ Sin bebida (Podrían incluir agua) Ración del primer plato y del postre algo escasas. Estaba todo bastante bueno y el servicio fue muy atento.

Es un sitio precioso y moderno. La cocina es toda casera. El personal que trabaja allí es joven y muy amable.Recomendable 100%👌🏼

Paré aquí el año pasado (2021) a reponer fuerzas durante una etapa del Camino. Este año repito Camino y es muy probable que vuelva a parar aquí. Me gustó mucho el local, la atención de los camareros fue buena y el almuerzo que tomé estaba muy rico. Muy recomendable.

Lugar situado en un entorno muy bonito, comida muy elaborada, con buena presentación y servicio muy amable y atento. No nos gustó un postre y el camarero muy amablemente nos lo cambió por otro. Lo recomiendo encarecidamente.

Cocina sana y moderna en el sitio idóneo para comer antes de llegar a O Pedrouzo si es que vas de tranqui como nosotros. Empleados amables, serviciales y muuuy simpáticos. Muy coqueto y bien de precio.

Que buena esquina para parar antes de nuestra llegada a O pedrouzo.Comida rica, camareros súper amables y el espacio encantador!Gracias a los camareros Manu y María por facilitarnos el camino!La hamburguesa riquísima y el licor café también!

Excelente a todos los niveles!! La cocina profesional, con productos frescos y de proximidad a un precio asequible. Hemos visitado la Cantina A Marela unas cuantas veces y siempre nos llevamos muy buen sabor de boca, ya sea para desayunar un buen café con tarta de Santiago o ir a comer sus hamburguesas, ensaladas, tacos, con la limonada casera y de postre unas natillas o tarta de limón caseras. Un trato inmejorable, el equipo muy atento y amable. Es el sitio es ideal para cargar las pilas y disfrutar de la buena comida en pleno camino, con mucho encanto y acogedor. Totalmente recomendable!!

Comida y trato inmejorable a precios muy buenos. Tanto Jesús (el dueño) como todo su personal son profesionales y con mucha simpatía y amabilidad. Producto de cercanía por el que vale la pena caminar 1km o 2 más para comer en Marela. Venta de artesanía y productos locales por si quieres darte un capricho o llevarte un regalo. La limonada de jengibre hecha cada día quita el aliento (y la sed) de lo buena que está. Un local pequeño pero bonito en un enclave precioso. 5 Estrellazas.