La Gambuza en Sada

Unas personas con iniciativa han decidido revitalizar este hermoso edificio. Y se han rodeado de un personal eficaz y amable. A un precio razonable un carta suficiente para disfrutar. Queda mucho por hacer pero hay que confiar que este proyecto sea consistente.Aparcamiento: En si entorno hay muchas plazas públicas y gratuitas. Quizá un día festivo en hora punta, tengas que alejarte un poco.

Las 5 estrellas las doy por el edificio, se me hace como bohemio, un retroceso en el tiempo. Es una pena la historia del edificio y que no lo restauren.

Caos absoluto. Tienen únicamente a dos camareras para atender a todo el local, incluida la terraza. Son ellas las que sirven los pinchos y tiran las cañas. Estuvimos esperando 20 minutos a que nos atendieran y no hubo manera. El local es muy bonito, pero hay que saber gestionarlo y no explotar a las trabajadoras. Una pena.

Solo hemos tomado un café. Da pena el estado de este histórico edificio que fue trasladado desde Coruña evitando su derribo. Por lo visto, a las instituciones no les interesa que sea declarado Monumento Histórico Artístico por el elevado coste que tiene la restauración. El servicio bastante normal.

Increíble jazz de fondo. Trato amable y cordial. Historia acompañándote. Playa a la vista.

Un restaurante cafeteria con encanto en un edificio modernista con terrazas al aire libre y salones restaurante. Hemos tomado la tortilla de la casa q esta muy rica. Y hemos disfrutado de la terraza con vistas al mar y al paseo marítimo de Sada Y servicio amable y atento.Muy recomendable

Excelente lugar. Todo es magnifico. La comida extraordinaria y precio adecuado. Personal profesional y amable. El local una obra de arte. Dificil reunir todas estas cualidades. Hay que ir y dejarse aconsejar....

Ninguna experiencia... Me parece absurdo que tal como esta el edificio por fuera q da pena no tengan ni un acceso para sillas de ruedas...siempre excluyendo a los minusvalid@s. Ni el propietario ni el concello por ser un edificio antiguo no se molesten en poner una rampa elevada aunque sea metalica por encima de las escaleras principales.

Nos sentamos en la terraza porque íbamos con nuestra perrita pero cayó el diluvio universal y el camarero amablemente nos invitó a entrar. Las croquetas de mejillón y jalapeños estaban impresionantes y el pulpo con mango y aguacate (subo foto que vale más que mil palabras). Se agradece innovación y si va acompañado de buen trato y en un edificio así de emblemático, ¿qué más se puede pedir?