Restaurante El Raitán en Oviedo

Nos recomendó un amigo comer aquí por su gran tradición y el cuidado de sus platos; sin duda no defraudó.Comimos fabada y una ventresca de bonito que estaba exquisita (podéis verlo en las fotos).Los camareros súper amables y muy hábiles con sus técnicas para vender (recomendaban a todas las mesas “la última ventresca que quedaba” y salieron todas! 😂).Sitio agradable y con muy buenas raciones. Mención especial a su interior, en madera y con solera!

Al llegar y saber que debes esperar y escuchar a un camarero comentar cosas con el metre te hecha para atras... pero luego pruebas la comida y ves el trato recibido, rapidez, amabilidad y un sabor que no parece de un lugar tan concurrido... y si podéis comer en el interior aun mejor vais a flipar. Sin duda un sitio para recomendar para probar la cebolla rellena de bonito y la ternera en salsa de cabrales y de postre la tarta de zanahoria....P.D. no se como aguantan los camareros que incluso a las 17h aun seguían de buen humor.

Magnífica experiencia de sabores!! Rápidos, atentos y profesionales; además muy amables. Muy buena recomendación las anchoas artesanas FABULOSAS. Teníamos claro que queríamos saborear la fabada y el cachopo; ambos muy buenos; y la sidrina. No pudimos con el postre: arroz con leche recomendado.

Muy rico todo, en la plaza de trascorrales, cocina asturiana tradicional, terraza tranquila y amplia. Lo mejor el postre arroz con leche casero requemado que estaba de vicio. El precio lo normal de esa zona

Cenamos allí ayer 8 de Julio 2022, una amiga natural de Oviedo nos lo recomendó. Estamos de fin de semana por aquí por una competición deportiva de un familiar así que aprovechamos para visitar la zona.En el restaurante Raitan recibimos buen trato, todos eran cordiales y amables.Nuestros platos: crema de nécoras y dos platos del día que fueron tacos de bonito y chipirones plancha.La comida correcta, la crema de nécoras, en el momento todo estuvo bien, es cierto que el bonito seco (ese pez es que si es a la plancha sale así y no es fácil cogerle un punto), los chipirones bastante salados... pero salimos de allí contentos y directos de vuelta al hotel sin tomar nada más.El problema ha sido lo ocurrido después de la cena. Llevo desde las 4 de la mañana yendo al baño. Ya van 4 visitas y sigo contando. Mi marido desesperado también, otras tantas visitas al baño.He llamado al restaurante para informales, el mismo camarero que me atendió ayer me dice que toma nota y avisa a cocina.Tengo clarísimo que ha sido la cena en el restaurante por los tiempos y por lo indescriptible...que bastante explícita estoy siendo ya. Sobre todo, creo que ha sido la crema de nécoras que es algo que no se puede preparar en el momento y seguramente desde que se preparase hasta que nosotros lo tomamos ha habido algún problema, pero es cierto que en el momento de tomarlo no sentimos o notamos gusto extraño.Muy mala suerte hemos tenido, el lugar lleva abierto desde 1982 y debe de ser bueno porque un negocio así sólo se sustenta con una media mayoritaria de buen hacer. Pero hay fallos y los descuidos y errores en pescado y marisco pueden ser horrorosos para el comensal.Dejo esta reseña porque me parece justo llamar la atención en algo tan importante. Además, no voy a negar que estamos muy molestos y llevamos muy mal que se haya chafado el día de hoy porque no podemos alejarnos del baño más de media hora y estamos y estaremos sin comer, se nos ha estropeado el fin de semana y a ver la vuelta mañana a casa en carretera...

Situado en la plaza de Trascorrales se encuentra este restaurante de comida tradicional asturiana.Puedes disfrutar de su comedor de piedra y madera o de su terraza.Hemos ido al menú especial y nos ha encantado.Buena calidad en su comida y la cantidad ideal para quedarte satisfecho.La carta de comida es amplia y con precios razonables.Recomiendo visitarlo.

Sabores de la cocina asturiana tradicional pero con un toque moderno, disfrutamos de la comida, el servicio también fue muy amable y correcto.

Muy rico y buena presentación. Hemos pedido el cachopo, el pixin frito y una ensalada de tomate cebolla y huevo.

El cachopo estaba quemado. Puro rebozo. La carne acartonada. Me dió la impresión de que estaba recalentado, al igual que las patatas.