Fuimos animados por la decoración que se veía en las fotos de internet, ya que gran parte de ella tiene que ver con el mundo del motor, y toda en si misma, mucho que ver con la reutilización de elementos aparentemente obsoletos.La verdad es que el sitio en sí está muy bien. Quizá la música un pelín alta, pero seguramente es porque me estoy haciendo mayor. :PEs amplio, todo a nivel, hay suficiente espacio entre mesas y si pillas una con sofá, estás allí hasta que cierre el bar si hace falta.La entrada está adaptada y el baño también. El baño. Quizá uno de los sitios que más me gustaron a nivel decoración, es donde más elementos "petrolhead" hay por metro cuadrado.Respecto al servicio, cuando fuimos había tres empleados. Uno de ellos parecía ser el dueño.La atención es correcta por parte de la camarera. El ambiente que se respira es joven y desenfadado. Nos sirven la comida en un tiempo más que razonable aunque sí es cierto que, para ser la primera vez que íbamos, sentimos que la camarera nos dejó poco tiempo para ojear la carta con tranquilidad. Una carta que es digital y que no cargaba especialmente bien (A parte de no ser intuitiva ni rápida de mirar, porque está seccionada y hay platos que deberían pertenecer a una sección, y aparecen en otra). Está todo un poco confuso y si no la conoces, no va bien que en 5 minutos te pregunten 3 veces si ya lo sabes. Estúdiatelo antes de ir. jajajaLa comida estaba realmente buena, pedimos unos nachos y unas hamburguesas, y no hizo falta ni café. Salimos saciados y felices.Entretanto, el chico que parecía ser el dueño pasó a la acción en el momento que pedimos mayonesa. Atento como el que más, se le notaba una gran preocupación por que sus clientes se sintieran cómodos y bien atendidos.No dudo que le nazca hacerlo así, y de hecho es de agradecer, pero quizá se percibe eso. Preocupación, en lugar de voluntad de buen servicio. Bajo mi punto de vista, habría que encontrar el punto medio.Por lo demás, todo genial. Quedamos contentos y es un buen sitio para ir a tomar algo o cenar con los amigos.Admisión de niños: No había niños en el local, Pero no creo que pongan problema alguno. No obstante, el ambiente en según qué momentos podría no ser el más adecuado.Aparcamiento: Se aparca facil todavía en esa zona de El Prat, y hay un par de parkings gratuitos a menos de 300m del restaurante.Acceso para sillas de ruedas: Sin escalones. Todo fácil y amplitud suficiente.