Can Rectoret en Santa Perpètua de Mogoda

Un sitio muy pintoresco y con muchas salas, la atención muy buena por parte de los camareros, la comida bastante bien, tan solo que el Magret de pato, estaba un poco dura la carne, pero por lo demás exquisito todo, buena selección de vinos, aparcamiento gratuito y un chillout interesante para unos cocktails para refinar la tarde o la noche.

Una masía muy bonita mantiene toda la tradición de campo con un ambiente muy campestre.El restaurante es muy grande con varias plantas y con una gran sala para comer bien y a lo cómodo.La comida está muy bien las carnes a la brassa y las patatas caseras. Las croquetas de la avia muy buenas y tiernas. Hay muchos camareros y el servicio es muy rápido.

Comida y trato excelente.La calidad y cantidad de la comida perfecta, el servicio de mesa de 10, con los tempos entre platos correctos.Gran variedad de productos a la brasa, vinos, postres,...El precio,..., lo bueno se paga.8 comensales de buen saque abonamos 300€ con postres y propinas incluidos.

De 10! Ayer conocimos un lugar mágico para grandes reuniones. La atención de las dos camareras morenas, una de ellas es Judith fue buenísima. Nos ALEGRA conocer a gente con una SONRISA siempre en la cara y una GRAN atención. Nos dedicaron tiempo hasta hacer fotos que quedarán grabadas para siempre.Los encargados muy correctos.5 ESTRELLASEn DICIEMBRE volveremos.

Acudimos al restaurante para celebrar un cumpleaños familiar y salimos muy contentos del lugar. Es una masía dónde podrás encontrar comida casera a buen precio y muy buena. En cuánto a calidad precio es una opción para hacer celebraciones en grupo. En su carta hay opciones para todos los gustos y ofrecen todo tipo de menús. Cuenta con varios salones interiores y una terraza, a más dispone de parking privado. La atención del servicio en general es muy buena, atent@s, rápid@s y amables, la camarera que nos sirvió era muy amable. La comida estaba muy buena, empezando con las llescas de pan, las bravas, los caracoles, las croquetas y la ensalada de bacalao, la raciones estan bien. Probamos diferentes platos y todo tenía muy buena pinta, los platos son grandes.La ración de los postres también es considerable, el CheeseCake estaba bien rico y venía en una porción generosa.Una opción muy buena este restaurante en cuánto a calidad precio

Cogimos reserva para el segundo turno (15h) del domingo dia 20, fuimos a celebrar el dia del padre.Estaban muy muy mal organizados, una cola larguissima fueras con reserva o no, una vez llegabas al mostrador te tachaban de la lista y te mandaban al fondo donde tenian un espacio con una barra de bar, unas mesas y 4 sombrillas y te hacian esperar alli hasta que te llamaran por megafonia, (tengo que decir que llovia a cantaros y como se suponia entrabamos en el restaurante a comer no llevabamos paraguas, habia muchissima gente alli asi que ni distancia de seguridad ni carpas para todos, impossible).Nos llamaron a las 16:15 de la tarde, una hora esperando bajo la lluvia.Habia mucha gente mayor y familias con niños pequeños en nuestra misma situación.Una vez dentro la camarera tuvo que pedirnos perdon una y otra vez por la espera, nos explico que cada fin de semana era igual.La comida estaba correcta y el servicio dentro de lo que cabe "rapido".La camarera fue muy agradable y muy professional.Salimos de comer a las 18:40 de la tarde, una pena la mala organización, no volveremos.

Masia catalana de toda la vida, buena brasa, buen alioli, ricas costillas de conejo, pa torrat increible y muy buen menú, para ir màs de una vez.

Restaurante precioso, comida espectacular, a la altura del precio/calidad. Recomiendo la sangría para acompañar. El dia que fui había actuación de música, crea un ambiente precioso y muy divertido.

Comida ⭐️⭐️⭐️⭐️Local/ ambiente ⭐️⭐️⭐️⭐️Servicio ⭐️⭐️⭐️⭐️Calidad/ precio ⭐️⭐️⭐️⭐️Muy poco que decir me encantan las masias y caserios, especialmente los que mantienen estructura y decoración de la época. Servicio muy ágil y atento, la ensalada de tomate muy sabrosa y las codornices deliciosas muy bien asadas.Vale la pena escapar para probar.