dando la brasa en Getxo

Mi experiencia no es buena, fuimos con amigos y el plato que nos pedimos dos personas de carne estaba dura incomible, después de esperar hora y media a que nos sirvieran la comida, un plato de 20€ que no se podía comer, evidentemente no los cobraron y tú vieron el detalle de invitarnos a 2 carajillos, que el resto que pusieron los cobraron excesivamente caros

Hemos comido el menú, platos con sabores diferentes, buena presentación. Lo que más nos ha gustado ha sido el cebiche.Las empanadillas estaban buenas, el pez mantequilla se deshacía en la boca y la hamburguesa estaba tierna.Como punto a mejorar, tardaron bastante en atendernos, pero es verdad que solo estaba trabajando una camarera.

Lo conocimos de casualidad y nos encantó.El personal muy amable y nos recomendó platos que nos gustaron mucho.Cocina de fusión con una presentación y unos sabores exquisitos...muy recomendable.Relación calidad-precio muy buena.

Siempre que volvemos, nos queda algún plato nuevo y siempre exótico por probar. Tienen una cocina excelente, muy innovadora. Además tienen platos 100% ancestrales como el tartar sobre tuétano o las mollejas! Comida real!En cuanto al maridaje, top! Desde unas cervezas de importación, vinos de todo el mundo o cenar un buen cocktail como en América.Lo que puede fallar es el servicio, que están pocos camareros para atender barra y mesas dentro y fuera.

Después de varios años sin ir, volvimos el domingo pasado para cenar.El local mantiene la misma decoración ecléctica por dentro y han reformado la carta, aunque mantienen algunos platos de antes.Pedimos para compartir las empanadas, las quesadillas de flor de calabaza y huitlacoche y los totopos rotos.De principal, pedimos la ensalada cesarito, la bondiola de cerdo pibil y el ojo de bife.Todo riquísimo como de costumbre, raciones pequeñas pero suficientes y una presentación de 10.Lo mejor de todo fue la bondiola, que parecía un guiso de pulled pork.De postre pedimos la tarta de queso de dulce de leche y la torrija con helado de mate (muy logrado ese sabor).En resumen: aunque el sitio es caro, vale la pena ir por la calidad de los platos y la presentación.

Nos decidimos por este sitio por los buenos comentarios que tenia.Nada más entrar al local, la camarera ni nos atendió... Tuvimos que acercarnos nosotros y preguntar.La comida esta bien, he de destacar que las mollejas y el cabrito estaban espectaculares.Pero lo dicho, la camarera que nos atendió tubo un trato nefasto. No explicaba los platos, no preguntaba si nos estaba gustando... Estaba más al coqueteo de los cocineros que a los clientes. La verdad es que no volveremos.

Paramos a tomar algo aprovechando el Paseo en bici, atención agradable y buenos pinchos, la torta con aguacate y tomate riquísima y la de jamón y tomate lo mismo, habrá que probar a ir a comer.Actualizó ya que hoy hemos ido a comer, mantengo mi nota, y la mejoraría si pudiera, súper atentos, comida riquísima y sabores abundantes.Lo recomiendo.

Me ha sorprendido éste pequeño local. Su cocina es muy sabrosa. Pedimos ceviche de lubina, mollejas de corazón de ternera, tiradito de salmón marinado, pez mantequilla a la brasa buenísimo . Lo maridamos con 2 cervezas artesanas de Boga: pilsner y tostada.Platos atractivos y sabrosos. Quizá en mi opinión la decoración de los platos fue un poco repetitiva.

Muy buena comida, todo estaba muy bien hecho, para repetir , personal amable.