Bar Lupardika en Orduña

Local excelente y acogedor con unos camareros muy majos y trato exquisito. Gildas y rabas estupendas. Parada obligada en orduña.

Las gildas y las rabas están increíbles. El local es precioso y la atención exquisita y con una simpatía suma. Gran local!

Totalmente recomendable ! Cada vez que voy a Orduña ,no dejo de visitarlo y más si coincide en domingo ,hacen unas rabas espectaculares !!El bar es precioso y muy acogedor,desde que entras te hacen sentir como en casa.Los camareros y sobre todo el dueño,Xabi , son de10, siempre cuidando al detalle el servicio y el trato.Sin lugar a dudas ,un lugar al que siempre que pueda iré.

Lugar acogedor y con las mejores rabas y gildas que he probado. Atención muy buena.Sitio con una buena decoración

Estuvimos alojados en la casa rural y quedamos encantado con su decoración y la amabilidad del propietario además tiene un bar al que fuimos a tomar las rabas y sin duda las mejores que hemos probado.Repetiremos sobretodo por el salero del propietario y sus rabas.Gracias por tu hospitalidad.

Una bar con mucho encanto. Las gildas espectaculares, con el pan tostado, las salsas y la presentación. Un 10.

Me encanta!!!trato de 10,todo amabilidad y buen gusto,todo detalles,el bar más bonito de orduña...no os lo podéis perder... genial, genial

Un buen sitio para pasar un rato agradable con los amigos mientras te comes unas buenas rabas.Los camareros son majisimos y su trato inmejorable.Además ponen unos batidos buenísimos

Una gran experiencia, Xabi el dueño, se mostró muy amable con nosotros desde un primer momento, nos recibió con los brazos abiertos y unos panes con butifarra que estaban para chuparse los dedos.La casa está muy bien, las camas son cómodas, es espaciosa, con un comedor en la cocina pequeño,pero nosotros comimos 8 personas y sin problemas. Las habitaciones son muy acogedoras y la casa está bien equipada y si algo me faltó lo que fuese Xabi hizo todo lo posible por conseguirlo.La casa en si es una obra de arte, desde la puerta de la entrada hasta las vigas del techo del piso superior, una maravilla.El parking está a unos 200 metros andando nosotros íbamos con niños y no nos importa andar, de camino siempre cogíamos moras que están deliciosas.El bar que tiene abajo hacen buenas comidas y aunque la terraza aveces tiene gente la cual puede resultar un poco molesto, a las 11/12 la gente se marcha el bar se cierra y se queda una noche súper silenciosa y cómoda para poder dormir tranquilamente.Mi resumen es que ha sido una experiencia súper positiva y buena, lo recomiendo y yo volvería a repetir sin duda alguna.