Bar El Varal en San Roque

Bar en San Roque con ambientación de semana Santa con la mejor berenjena frita de la zona.Comida: 4/5  |  Servicio: 4/5  |  Ambiente: 4/5 …Más

La calidad de las tapas que pedimos dejaban mucho que desear. Llegamos con hambre y dejamos casi todo lo que pedimos. Muy aceitosas y mal servidas. Camarero amable, nada que ver con nuestra opinión acerca de la calidad de las tapas que pedimos. Espero que mejoren ya que están en un sitio de San Roque céntrico, que pasan muchas personas por allí.

Poco sitio pero unas tapas y comida para picar increibles, lo recomiendo 100%

Calidad y Solera

Comida local, hecha como en casa. Muy recomendable y mucho mejor cuando ves la cuenta. Vale la pena desviarse para comer allí

Servicio puede ser lento. Las berenjenas fritas y el secreto ibérico, los mejores que he comido nunca. Lo peor, que es pequeño e incómodo.

Comida Riquísima atención por el camarero Raúl perfecta musiquita del barrio uno de los más grandes todo perfecto

Hablar del bar El Varal es hablar de "Er Barti". Porque nadie dice: "vamos a tomar algo al Varal", sino "vamos al Barti a tomar unas tapas". Y es que desde que este ya emblemático bar del casco antiguo de San Roque abrió sus puertas en los 90 en su antigua ubicación en el pequeñito local de la calle Almoraima, su propietario Baltasar (Balti -"Barti" en andalú- para los amigos) se ha convertido en toda una personalidad en la localidad. Porque ir a comer al Varal (bueno, al Barti, vamos a llamarlo por su nombre) es toda una experiencia tanto para el paladar como para el estado de ánimo, gracias además al ambiente distentido que allí se respira gracias a él.El bar El Varal está situado, además, en un entorno privilegado: en la misma Plaza de la Iglesia de San Roque, junto a la parroquia Santa María la Coronada (donde se guardan muchas de las imágenes religiosas traídas de Gibraltar durante el éxodo de los habitantes del peñón tras ser ocupado por los ingleses en 1704), justo enfrente del Palacio de los Gobernadores (actual Casa de la Cultura), a tres pasos mal contados de la Plaza de Armas y del mirador de Los Cañones... ¿Qué más se puede pedir?Pero si de ambiente agradable está sobrado El Varal, de cocina no digamos. A ver, hay quienes os dirán: pídete esto, pídete lo otro, pídete aquello... Hay habituales al Barti que se piden siempre lo mismo, y yo os aseguro que hay mucho por descubrir en su menú. Para empezar los montaditos, de muchas clases y con salsas y sabores variados. Los montaditos son el clásico de El Varal: los de mojo picón, ali-oli, tres pisos, serranito, roquefort... (los de salsa con su filete de lomo, ¿eh?). Preguntadle a Balti el resto... no sabréis cuál elegir.Después de los montaditos, ¿qué tal una berenjenas fritas con miel? Un plato exquisito, amigos: tiras de berenjenas frititas, en su punto de sal, rociadas con miel de caña... las papilas gustativas os lo agradecerán toda vuestra vida. ¿O una rebanada de pan tostado con bacalao o salmón? Ahora, que si sois de plato de huevos fritos con patatas, adelante, las cocineras de El Varal os prepararán uno con jamón que provocará que mojéis pan hasta hacerle daño al plato.Y para rematar la cosa, carnes como el secreto, el pollo con salsa "strogonoff", o pescados como la rosada frita o los chocos... Yo qué sé... Mirad, lo mejor es que vosotros mismos descubráis todo lo que la cocina de El Varal os proponga. Y luego me contáis si salís, o no, defraudados. Que va a ser que no.

Terraza muy incómoda puesto que se encuentra en una calle en cuesta con tráfico que dificulta el sentarse en las mesas situadas en la puerta.La comida es cuantiosa y rica, pero sin ser algo excepcional.El día en el que estuve se estuvo yendo la luz constantemente lo que retrasó la llegada de las tapas y la bebida no estaba muy fría.El precio fue algo caro.