Cafeteria la Aldeana en Sanlúcar de Barrameda

Pésimo servicio, todo lleno y sólo dos camareras y una chica que no creo q tenga edad de trabajar, ayudando. Esperando mucho y todo corriendo, la leche derramada, etc.

Buen sitio para merendar, aunque no me gusta mucho el trato que tienen algunas camareras con los clientes.

Fatal después de esperar 35 minutos para que me atendieran me levanto y el camarero me comenta que solo está el con otra compañera que me tengo que esperar que el está bastante ocupado, la muchacha morena de unos 50 años la llamamos varías veces y ni caso!! Horrible la experiencia…nos vamos sin poder tomar nada

De vergüenza,visitado hoy,10 minutos esperando un simple café,pido en barra para que fuera la cosa más rápido , y al final me e ido sin desayunar porque el café se quedó en la barra, servicio frío y antipáticos,venden porque no hay otro sitio donde den desayunos por la zona , si no ya deberían de estar cerrados,alegrar la cara

No nos atendieron hasta más de 30 minutos de espera, trajeron desayuno sin café y todavía tardaron otros 15 minutos en traer las bebidas. Calidad y atención muy malas. Solo pongo dos estrellas por dejar comer churros de la charrería cercana que están divinos. Hemos ido varias veces y nos ha pasado parecido. No volveremos.

Eso de que cierran a las 12.00 es mentira. La camarera no se entera ni de qué mesa tiene que limpiar, hemos tenido que limpiarnos nosotros la mesa, los cubiertos casi tenemos que fregarlos para que nos los pusieran...en fin, lugar a evitar, hay muchísimos sitios mejores en Sanlúcar que este

Siempre que voy a Sanlúcar (paro en Las Jaras) voy allí...bien para el aperitivo ,bien para un almuerzo o cena informal .La manzanilla estupenda. Buena relación calidad/ precio .Servicio estupendo.

Buenisima atencion,buena carta y calidad

Pido unos pasteles para llevar la que me atiende que lo pida yo en la barra que ella no puede, me pongo en el mostrador de los dulces y la que está allí haciendo las tostadas ignorandome, me voy para la barra y el que está allí haciendo los cafés dice que él no puede, pedimos dos tostadas un mollete grande y uno chico pues ni una cosa ni la otra, encima se lo decimos y va y nos dicen que no habrá, eso sí la vitrina llena de molletes.El camarero que te tira las tostadas de lejos se da la vuelta y te deja con la palabra en la boca.