Nueva Venta Rufino en Vejer de la Frontera

Riquísimo todo y una atención estupenda de profesionales.Por las noches los viernes hay flamenco o artistas del entorno para amenizar la cena y copas.

Comida excelente (el salmorejo buenisimo y el almuerzo campero una pasada), raciones generosas (pedimos medias raciones y fue más que suficiente), muy buen servicio, precio justo.

Perfecto lugar para degustar sus típicos almuerzos . Buena terraza para efectuar tú evento . Personal de categoría y buenos currantes , siempre con una sonrisa en la cara , por mucho trabajo que Allan tenido , un placer visitaros .

Pedimos dis menú. Salmorejo que estaba bueno, costillas a la brasa, que era panceta y filete empanado. Nada en especial, pero el postre la verdad que rico rico. Yogurt casero con tocino de cielo y tarta de la abuela.Aparte pedimos media ración de carne al toro, también muy rica.Precios acorde a lo que se ve en la zona, euro arriba euro abajo.Servicio atento y lugar agradable.

Buena comida y postres muy ricos también. La venta siempre está llena, aconsejo coger mesa porque puede que vayas y no tengas hueco para comer. Ideal para comer en familia. Los que tenga alergia que no vayan, ya que está lleno de polen. También hay al lao un pequeño sendero que para pasar el ratito con los peques está muy bien.

El peor restaurante relación calidad precio en el que he comido. Al margen de las moscas que lo puedo llegar a entender al estar en el campo, lo que no puedo aceptar es la pésima comida y los precios. Me han servido una parrillada de 27 euros que venían cuatro filetes y que ni de coña hay 700 gramos, pero es que para rematar la carne estaba cruda, luego al pedirles que lo pasaran más por la parrilla a los 30 minutos cuando ya habían acabado de comer todos me volvieron a traer la carne pero esta vez quemada. La carne es de pésima calidad llena de grasa y de ibérico nada de nada más bien de Chernobyl. Tras quedarme decepcionado y muerto de hambre, porque no podía comer la carne quemada, pedí un capuchino que no pude tomar porque en realidad parecía un colacao lleno de tropezones. La Venta Rufino te la clava fino y ni he comentado las croquetas insípidas y lo que tardan en servir. Un despropósito que de haber ido solo me hubiese ido sin pagar y presentando la correspondiente queja. Rufino no me vuelves a timar en la vida😉

Muy buena atención y buenísimo todoPara repetirVolveremos

Venta tradicional con excelente comida. La carta es variada y disponen tanto pescados como carne. La ensaladilla es muy recomendable, la fritura de pescado está muy rica. Los huevos con patatas (caseras) están genial. Recomiendo probar los postres caseros. La tarta de zanahoria con mascarpone está increíble, el resto genial.

Un encanto de venta con comida de restaurante. Amabilidad desde la entrada hasta el postre. Destacar la simpatía de María José en barra; de Jose, Álvaro y Diego en sala . Profesionales de pies a cabeza. Con sus recomendaciones y agrado. Imposible no volver. Gracias