Asador Cueva de las Brujas en Bareyo

Atendidos de lujo por Ramón el camarero y humorista que te hace la comida más amena, si cabe. El puding de puerros me encantó y la mousse de limón casera buenísima. Un placer volver por allí tras 15 años.

Comimos estupendamente, buena cocina: muy buen trato estaba marea baja y no era tan bonita la ría como otras veces pero muy bien. Sitio privilegiado donde sólo unos niños maleducados (no tienen culpa,son los padres) los primeros 15 minutos parecían presagiar una comida menos ideal con sus gritos, pero afortunadamente es algo poco frecuente y se marcharon. Recomendable.

Mi pareja y yo hemos cenado allí 4 veces y todo muy bien, servicio y precio, entorno expectacular.Volveremos el año que viene,agur desde Nafarroa.

Fuimos a comer… y merendamos. El sitio no lo es todo, este en en concreto tiene un enclave espectacular, recogido, acogedor… el típico rincón con encanto… PERO… a pesar de que nos avisaron a las 15:30 que tardarían un poco… las 16:45 nos pareció del todo inaceptable. El comedor no estaba tan llevo como se apreciaba en las fotos y nuestra elección no requería una especial preparación al momento, además de que la calidad de los platos… pues… mal. Ensaladilla con regusto ácido, albóndigas insulsas, y el lomo a la plancha crudo en el centro… las rabas y el chorizo por otra parte estaban muy ricos. En nuestro caso a pesar de sus críticas positivas, una decepción.

Restaurante familiar, donde comes en una especie de invernadero que es un comedor. Al haber niños hay demasiado ruido y la verdad es que no se come muy agusto. El servicio es correcto y el producto es bueno pero no es nada del otro mundo. Lo mejor de todo la morcilla, estaba muy rica. Los sabores no sorprenden.

Situación junto a la ría de Ajo y con vistas a ella desde cualquier mesa. Fuimos 4adultos y 3niños y nos atendieron fenomenal. La comida buena a un precio normal. Repetiremos.

Un lugar maravilloso, con unas vistas espectaculares y buena variedad sin gluten. Disponen también de cerveza sin gluten. Por el pan no pregunté.Camarera muy simpática.En las imágenes ya habíamos empezado a comer, las raciones están muy bien.

Restaurante muy curioso, con una decoración que hace homenaje al nombre. Si no te lo recomiendan, es difícil llegar. El pescado, riquísimo, una lubina salvaje de casi 1kg. El pastel de queso también muy rico. Merece la pena ir.

Comida riquísia y muy bien atendidos en un lugar con una situación idílica con vistas a la ría, precios muy razonables y los postres especialmente buenos, MUY RECOMENDABLE.