Bodega La Montaña en Santander

Menú de batalla, no merece la pena. De primero marmitaco de pescado (patatas con chipirones y pulpo más o menos, no estaba mal) y bocartes rebozados (revenidos, como si los hubieran frito y dejado en un plato tapado con algo para que no se enfriarán. Una pena vamos)el postre estaba bueno y el.menu incluye café, 16€ bebida a parte.

Lo encontramos de casualidad queriendo cenar en Santander puesto que vamos con perro y no todos los restaurantes tienen terraza. Este restaurante tiene una terraza muy bien montada. Nos sacó un cuenco con agua y nos ofreció un hueso para que Coco tuviera su parte. Las croquetas nos encantaron. También recomendamos los huevos rotos tanto con chistorra y torrezno como los de solomillo y setas. las rabas con cebolla frita también fueron un acierto. Gracias por el trato. Seguro volveremos

Al margen de ser cafetería - restaurante, sirven un vino tinto y en especial un blanco de cosechero que quita el sentido de lo sabroso que está.Estos vinos, además de otros, los venden al detalle y al por mayor en una tienda monada al efecto.Los pinchos de barra y la comida son muy sabrosos y de cocina casera,con unos precios módicos.Muy recomendable.

Nos encantó!. Las porciones son muy grandes y deliciosas, el precio es muy correcto. La ensalada de burrata estuvo riquísima y es muy grande (la foto que se ve de otras opiniones es antigua) .el tartar de aguacate y sesina tambien delicioso.

A dia de hoy..cuando no es obligarorio su uso, este local mantiene el cartel en su puerta donde indica que es obligatorio el uso de mascarilla, un cartel que confunde, engaña e invita a altercados y malentendidos,..ya no es obligatoria y es decision de cada llevarla o no ..espero que recapaciteis y la quiteis..pues hay personas que queremos llevar una vida normal.

Comida normalita, las mesas necesitan más limpieza pues las consumiciones se pegan. Si se les ha acabado algo del postre, no te lo consultan y te ponen lo que les parece, y cuando le dices que no has pedido eso es cuando te dicen que lo que has pedido se les ha terminado.

Es un lugar donde se pueden comer menús del día en Santander por precios bastante ajustados. La comida es casera, y está bien, sin extravagancias ni platos exóticos. El local es pequeño y decorado sin grandes pretensiones.

Fuimos a comer el menú del día y quedamos encantadas. Rapidez en el servicio, platós de toda la vida pero cuidando la presentación. Todo riquísimo y a buen precio.

Pequeño restaurante con menú diario, es la segunda vez que vamos, la primera para hacer un cocido lebaniego y ésta segunda para hacer menú. El cocido estaba buenísimo y el menú también muy rico con 3-4 primeros y segundos y a un precio de unos 15€ con café y bebida (cerveza) aunque no está incluida