Cafe de Pombo en Santander

Buen lugar para tomar y picar algo, atendido por amables y muy profesionales camareros.Estuvimos de tarde/noche y los sirvieron los pedidos rapidísimo

Un lugar con mucho encanto. La decoración elegante y bien cuidada. Aparte de cafetería también tienen cocina y sirven comidas. El servicio muy atento. Nos encantó y volvería sin dudarlo.

Nos atendieron rápidamente y con simpatía. Creo que fue Ronald, pero Alberto también. Un plato combinado sencillo y completo a precio razonable, para una comida rápida de circunstancias. El café muy bueno y el interior del local es muy bonito y relajante.

Aceptable para desayunar. El precio está en la línea de los de esta zona y el tiempo de espera no fue excesivo. La atención del camarero que nos tocó si que sería mejorable.Tiene terraza y un salón interior, con una decoración clásica, que te transporta a otra época. Esto y la ubicación es lo mejor que tiene.

Los sandwiches que pedimos estaban muy buenos. La atención nefasta. Tardan mucho en servirte y son antipáticos. Hay personas que, directamente, se han levantado y se han ido, después de esperar más de veinte minutos que los atendiesen.Por cierto, la cerveza en copa de balón a 5,10€ muy cara.

Está situado en un precioso y castizo lugar de la ciudad.Sslvo el nombre, nada tiene que ver este café (que los dueños me cortijan y, dado el caso, nos ilustren, si me equivoco) con el café de Pombo, que estaba situado en el numero 4 de la madrileña calle Carretas y que José Solana inmortalizó, en 1920, en su famosa obra La tertulia del café de Pombo.Sentarse en su terraza o acogedor interior, a degustar un café u otra infusión acompañada de su buena repostería, es muy recomendable y además a buen precio (2.75€ un desayuno).

una hora esperando para ser atendidos, y nos traen la cuenta antes de empezar a comer. precios elevados para la poca calidad de la comida.por lo menos el lugar es bonito

Estábamos ilusionados con sentarnos a comer y disfrutar de la carta que habíamos visto anoche, pero no llegamos a sentarnos siquiera. Siendo las 14.45 h de hoy lunes, nos dicen "la cocina está saturada". Veo alrededor la terraza, y las mesas de dentro, y no veo más que cuatro o cinco mesas (como mucho) con la comida aún sin servir. Y las volví a ver y eran esas, no más. Como camarero que soy, desde hace 20 años, me ha dado vergüenza ajena que el pobre muchacho me dijera eso, y escuchar en la barra a un cliente decir sobre lo mismo "vale vale, donde manda jefe, los demás a cumplir".1 estrella es excesiva, pero no deja poner menos.

Buen café, precio elevado como todos los de la zona, 2,20€. 10 centimos menos que los del P° de Pereda. Pero este por lo menos esta en una plaza con historia. Tardaron en atendernos.