Casa de Comidas Tetuán en Santander

Reservamos mesa por teléfono. El camarero bastante seco y cortante. Nos cobraron 1,10 por cada botella de agua “filtrada”. La comida sin gluten también tiene un sobreprecio que no se refleja en la carta, así como un sobreprecio por comer en la terraza del que tampoco pone nada en la carta que te dan al pedir. Croquetas y rabas buenas, pescadito frito (bocartes) escasos y sosos.

Las mejores rabas y croquetas de Santander, sin duda. Sitio acogedor, personal muy amable, y sobre todo la dueña, muy respetuosa y considerada con las intolerancias de los comensales.El único fallo es que no se puede reservar por teléfono, tienes que ir allí a pedir mesa.Muy recomendable el pastel de cabracho y la ensalada de tomate y burrata.

Tienen casi toda la carta apta para celíacos. Las camareras son muy amables y el servicio rápido. Hay un plus de + 1€ para todo lo que pidas si eres celíaco, el pan sin gluten 1,65€.Recomendable.

He ido a Cantabria por vacaciones y he ido dos veces a este lugar en 6 días porque siendo celíaca ha sido una experiencia fantástica. Todo estaba buenísimo, mencionando especialmente las rabas, las croquetas, las bravas, pastel de cabracho y cecina. Además, tienen postres para celíacos: especial mención al postre de chocolate con galleta, súper rico!!! Cuidan la contaminación cruzada, yo me pongo súper mala y noto mucho si me contamino y todo bien. Mil gracias a su personal por la atención, un lugar para volver.

Acudimos al local tras leer referencia de comida sin gluten y la verdad es que ha sido una buena elección. Buen trato y servicio así como una carta totalmente adaptada sin gluten. Volveremos a repetir.

La comida muy rica. Tienen muchas opciones para celiacos (casi toda la carta). La camarera muy amable, además si vas con tu perro le ponen agua y se preocupan por el. Sin duda repetiremos.

Cuando lo mejor que puedes decir de un menú es que el helado de turrón del postre estaba rico, creo que está todo dicho. Salmorejo muy rico, ensaladilla muy escasa y arroz recalentado en el microondas. Fuera del menú, las croquetas de jamón aceptables y las salsas de las patatas (alioli y bravas) muy muy ricas. El servicio lento y despistado (también hay que decir que solo hay una camarera para la terraza, la barra y el comedor). En fin, no volveremos.

Peor que mal. La comida rara (pasta con langostinos y carne picada, cuando era con verduras y calamar) y un pescado tieso, amarillento y con mal sabor. Puede haber 'un mal día en la cocina', pero más que la comida, lo que nos disgustó fue la actitud tanto del camarero como de una señora que salió a cobrarnos. Compensaron en la cuenta, pero aún así, las ganas que teníamos de bocartes, chof! 😔

La comida nos ha gustado bastante. Sobre todo los boquerones fritos y las rabas. El trato de la camarera fue muy bueno. Aunque algunos comentarios que oí a la jefa, no me parecieron muy amables, cómo decir que necesitan la mesa a unos comensales al llevar la cuenta. Espera un poco más y no quedes tan mal. El precio del pan, 1,60€ cada barrita y el agua del grifo 1€€ me pareció excesivo.