Parador de Santillana Gil Blas. Restaurante El Jardin de Gil Blas en Santillana del Mar

Paradores siempre digo que es sinónimo de calidad, aunque también la pagas.Fuimos a cenar prácticamente todas las noches de nuestra estancia en Santillana durante 8 días al Parador ya que no pudimos alojarnos pensando que estaban en obras. En realidad, no sabíamos que Santillana tiene 2 Paradores y solo uno de ellos estaba en obras.Todas las cenas fueron exquisitas y nos trataron fenomenal. Un día se equivocaron con la ensalada y nos siriveron una que era mas cara que la que habíamos pedido. Asumieron su error y nos la cobraron a precio de la que habíamos pedido que era mas barata.La comida esta muy rica pidas lo que pidas. Muy recomendable ir a cenar al Parador, ya que el resto de Santillana esta muy saturado y encima muchos otros restaurantes de la zona tienen una calidad que dejan que desear.

Pagas única y exclusivamente por tomar algo en su agradable terraza. Eso y el trato de los camareros es lo que salva de no tener un uno en la valoración, porque lo que me han puesto yo ni lo llamaría café. Hace tiempo que no tomo uno tan malo. Que se compren una Nespresso que les irá mejor

Como todos los paradores, excelente conservación del patrimonio nacional. En el de Gil Blas además cuenta con una sillería espectacular la mezcla de madera y piedra en la construcción te transporta a siglos pasados. La habitación cómoda sin ser una gran suite contaba con un aseo grande y suficiente, habitación abuardillada con buena cama, TV y frigorífico con abastecimiento variado y suficiente. El servicio de restauración muy correcto con una cocina variada y de excelente ejecución, platos típicos, cocido montañés, callos, bacalao, rabas, por citar algunos platos, bien realizados, buena bodega. Los desayunos variados incorporan productos locales, quesos y embutidos de calidad y cocina caliente a petición, por supuesto bollería tradicional. El personal amable y cordial. En línea con los grandes Paradores.

No nos alojamos, solo cenamos, mucha calidad en los platos, aunque un poco caros. El personal de comedor muy amable y profesional.

Como todos los Paradores, inmejorable sitio y servicio impecable y agradable. Animo a la gente a visitar, dormir o comer en los Paradores. Muy recomendables.

Solo clientes habituales de paradores. Hemos reservado hoy a las 10h de la mañana para comer a las 13h30, avisamos que comeríamos 2 adultos y un niño de 2 años. llegamos a las 13h15 y nos dicen que no quedan mesas dentro y tenemos que comer fuera en la terraza al sol con 36 grados. No disculpas ni solución. Lamentable!Habitaciones: 1/5  |  Servicio: 1/5  |  Ubicación: 1/5 …Más

Estuvimos de visita en Santillana y decidimos comer en el Parador. Lamentablemente nos desilusionó mucho. La persona que nos tomó el pedido era poco cordial y se olvidó de nuestras bebidas. De primero decidimos probar las anchoas artesanales. Si hubieran especificado en la carta que eran y venían en su misma lata, con el empaque de la marca al lado, no las hubiésemos pedido. Lo siento, pero es un "no go". Siguiendo el consejo de la camarera, ordenamos el arroz con bogavante. La presentación buena, en una paella demasiado grande para tan sólo 2 personas, y con 2 preciosos bogaventes. Estába OK, pero nada espectacular. Podrían especificar que los crustáceos vienen enteros, por si personas poco hábiles con las tenazas deciden pedir otra cosa. En un sitio de esa categoría y con esos precios, esperábamos más.

Santillana del Mar es una localidad única que merece la pena visitar. Si además comes en el Parador Gil Blas tendrás la experiencia completa. En primer lugar la atención es de diez, porque no se puede dar un once.En segundo lugar la comida es excelente, las Sabas estaban tiernas y ricas, en su punto, recién hechas y esto es algo que en Cantabria no puede fallar.Las croquetas no pueden estar mejor, su presentación es un espectáculo, junto con las anchoas, por cierto, moja el pan en su aceite.La carne, espectacular, solomillo, hamburguesa... lo que pidas esta sabroso, tierno, rico... difícilmente lo vas a conseguir mejor.Los postres son una maravilla pero hay que resaltar sobre todos ellos la torrija de sobao pasiego, difícilmente voy a poder volver a probar una torrija sin recordar esta, y lo siento por las torrijas pero esta me ha enamorado para siempre.Recalcar que la atención es de diez sin que el precio sea una locura, comer bien a buen precio y que tengas una atención inmejorable sigue siendo posible.

Edificio muy bonito y céntrico, cama muy cómoda. Baño amplio y limpio. Desayuno muy completo y muy bueno.