Mugaritz en Errenteria

Dentro de su gama y estilo en Gipuzkoa, yo es el que primero recomendaría. Estuve hace un año. La comida fue larga, lo cual es de agradecer, dado que así facilita que ofrezca una experiencia pareja a su precio. También resultó riquísima y el entorno idílico, con trato muy amable. Me encantó que la mesa más próxima estuviera tremendamente alejada. Hay otros restaurantes de su categoría que con respecto al local no le llegan a la suela.

Voy a intentar hacer una reseña con respeto y educación porque creo que el chef Aduriz lo merece por lo obtenido hasta la fecha en la gastronomía vasca, española e internacional pero mi decepción ha sido total e inesperada.El paraje es excepcional, el comedor fantástico y la atención de 10. Todos los trabajadores del restaurante han sido muy amables.Ahora lo de la comida…es otro cantar. Soy una persona de 41 años al que le gusta la gastronomía. En el tema de estrellas michelin tengo un master. He tenido la suerte de ir a azurmendi , etxebarri, etxanobe, zarate, boroa, eneko, zortziko, marques de riscal,diverxo, el ermitaño, ambivium, cocinandos, yayo daporta, pepe vieira…entre otros, pero con lo de hoy en mugaritz he sentido decepcion a la vez que me he sentido engañado. 535€ de minuta para mi mujer y para mi que han sido el dinero más tirado en mi espero que corta historia de estrellas michelin.Platos muy elaborados si, pero insípidos, sin sabor, sin elemento sorpresa, sin nada. De 23 platos solo he podido salvar 3. La gamba roja, la langosta y la sobrasada vegana, esta última me ha sorprendido gratamente porque ha logrado una copia casi idéntica de la sobrasada mallorquina sin utilizar una pizca de carne. Hemos entrado a las 13:00 y a las 15:15 estábamos fuera con cara de incrédulos y como nunca me habia pasado…con una sensación de vacio tremenda.No he debido entender lo que quería conseguir en chef con este menú, y por ello le pido disculpas, pero ha sido la peor experiencia gastronómica de mi vida.

Tuve la oportunidad de hacer unas pasantías en este gran restaurante, desde la perspectiva de un cocinero, creo que fue una de las mejores experiencias que tuve, como pasante, todo es sumamente cuidado, cada detalle es importante, la limpieza es su columna vertebral, su cocina de investigación es de las mejores que he visto, lo recomiendo ampliamente

Dentro de los restaurantes de este nivel, Mugaritz es de los que se arriesga más y de los que ofrece una propuesta diferenciada. Platos que no comerías por cuenta propia (esa casquería) y formas imaginativas de comer sin usar cubiertos. Me gusta la propuesta, quizá la calidad no sea como la de un Akelarre por ejemplo, pero es algo más irreverente y desordenado (en el buen sentido). La selección de vinos incluida en el maridaje es la mejor que he probado en este país.

Una experiencia increíble,este tío es un genio.hemos comido de lujo ,los platos y sus historias te hacen viajar y pensar, sin decir lo maravilloso que ha sido el servicio,las someliers fantásticas,nos ha encantado los vinos, en especial un tinto de tenerife,y sin duda me quedara en el recuerdo la risa de un camarero (no se decir si era el jefe de sala) un Brasileño fantástico que lleva la alegria en su risa..no hay palabras para describir después de tanto tiempo encerrado y que vuelva esta alegria en una comida..muchas gracias Mugaritz!!!

Gran decepción. Platos sosos con presentación que busca la excentricidad pero sin lograr nada. Si este es uno de los mejores restaurantes del mundo la vida es una injusticia.

Con todo el dolor del mundo tengo que decir que fue una decepción enorme. Creo que como laboratorio de cocina para aprender técnicas y ver cosas nuevas es alucinante, pero como restaurante para ir a comer... Yo siempre que como en cualquier lugar pido que esté rico como requisito mínimo, el sabor como punto de partida para seguir construyendo experiencias. Y allí precisamente, éste brillaba por su ausencia. Una amalgama de platos profundamente tecnológicos, pero carentes de vida y que nos dejaban fríos cada vez que llegaban a la mesa. Una pena pq el servicio se lo curró y Andoni salió en varias ocasiones a presentar los platos.

A pesar de que los platos tengan mucho color, nos parecieron insípidos, y por mucha elegancia que derrochen en cada plato, nos quedamos con la educación y saber estar de sus camareros… un 10 para ellos.

A Mugaritz no se va sólo a comer. Se va a disfrutar fuera de convencionalismos. La creatividad, la técnica, la presentación, el sentido, el sabor de sus platos, son absolutamente sublimes, dignos de otra dimensión. Para mi, uno de los más grandes, innovadores y rompedores restaurantes que puedes encontrar. De fábula.