Nerea Jatetxea en Lazkao

Un lugar muy hogareño. El personal de 10 y la comida también. Tiene opción para celíacos. Muy aconsejable!!!

Comía aquí habitualmente una vez al mes por trabajo, y que decir que me hacían sentir como en casa! “La de Madrid” me llamaban, y me cuidaban muchísimo! La comida impresionante de rica y cantidad, para mi, en exceso, siempre tenía que decirles que me pusieran menos… De 10! Ahora ya no voy porque no trabajo por allí, pero sin duda, si voy por la zona, repetiría y lo recomiendo a todo el mundo que pueda probarlo! Muchos recuerdos de Nuria, “la de Madrid”

Cenamos muy bien...pero el servicio lento....las camareras pasaban y pasaban y no nos veían....les digo y me dicen q están con las reservas cuando nosotros teníamos reservadoComida: 5/5  |  Servicio: 1/5  |  Ambiente: 3/5 …Más

Me he sentido como en casa. La comida muy rica. Atención super amable.

Un buen sitio, para juntarte con los amigos y comer algo. Tanto informal como un poco más elaborado.Admisión de niños: Con buen tiempo, en la terraza...los niños son la excusa para comer algoAparcamiento: Aparcamiento libre en la zonaAcceso para sillas de ruedas: Es liso, no hay problemas

Nos cobraron de más y, cuando reclamé,me devolvieron parte del exceso de mala cara y negandome lo que tenían publicado.

Menu probado entre semana bien de precio y buena calidad/precio. 12 euros el menu y 13 con café. Buen servicio y atentos. Hemos podido aprovechar a comer en la terraza con el buen tiempo

Un restaurante interesante con algunas pegas.La primera pega (para nosotros, para la gente habitual del barrio probablemente no) es que es una sala pequeña que no está aislada de la cafetería. Así que comes en el bar realmente con bastante ruido. A sumarle música por los altavoces y la tele en marcha. Ambiente pues de bar (ahora el de detrás tuyo se levanta y habla a grito pelao con el de la otra mesa y etc, etc). La única chica que atiende es un crack (rápida, amable, atenta, atiende barra y mesas sin problemas). Y en cocina hay alguien que sabe cocinar: sabores concentrados, todo delicado, bueno. Las pencas rebozadas con salsa de piquillo (gran salsa) curiosas: quizá el punto de sal sobra, pero están muy bien. Mejor aún el crepe relleno de bacon y champis: muy bueno. Los segundos (solomillo de cerdo al roquefort y lomo de atún con piperrada) nos sorprendieron porque se notaban de calidad, pero estaban secos los dos (o por recalentar o por descongelar mal, o por hacerlos de más, ni idea). Pero eso, estaban bastante secos. El vino, un Monterio tempranillo, correcto, frutal, equilibrado. Y postres muy buenos: tarta de queso con mandarina, buena gustosa. Y sorbete de manzana verde... original y sabroso. Todos los platos muy bien presentados. En resumen: un sitio con algunos fallos y bastante jaleo, pero donde se puede comer bien, con platos bastante originales y a buen precio (en nuestro caso dos menús de 18 euros). Ah, y con una camarera más que eficiente.

He venido a comer siguiendo las valoraciones realizadas, pero no me ha gustado mucho. El personal muy amable, eso sí, pero los platos no me han gustado mucho. La ensalada normal y no muy bien aliñada y las chuletillas de pavo, con un sabor raro. El pan estaba demasiado horneado, los tres trozos que me han puesto en la cesta eran tres esquinas y una de ellas tenía un sabor que no era a pan. Y un último detalle era el olor a fritura que se quedó pegado en la ropa. El pecio del menú es de 11 euros.