El Chaleco en Almuñécar

Hace años conocí el restaurante y me maravilló.El verano pasado fuimos mi novio y yo a celebrar nuestro aniversario de novios de cuatro años con un menú sorpresa y fue una experiencia fantástica.Este año volvemos ya casados y la experiencia es la misma: educación, buen trato, maravilla de servicio y comida excelente.La chica que nos atendió, la cual supongo que es la gerente, es un gusto de persona.Estamos encantados con El Chaleco. Volveremos cada año!!

Me ha sorprendido todo en el restaurante, me han recibido muy cordialmente ,la comida estaba riquísima y la persona que nos atendió explicó todo muy bien, fue muy atenta y cercana por lo que no me explico estos comentarios. También hemos pedido más pan y si tardo 5 minutos es porque es pan casero y hay que terminar de cocerlo y por eso sale así de rico y no me creo que un restaurador ponga mala cara por vender 1 botella de vino más es más beneficio no?Y el otro comentario que dice que alli hace calor ... pues si es verano y por el covid entiendo que dejen todo abierto en vez del aire acondicionado por la seguridad y salud de todos!Además también dicen que no había opción vegetariana, no entiendo?!! Cuando reservas te preguntan si hay alergias y si todos comen de todo.En conclusión sitio MAS que recomendable, no dudéis, pero se ve que ha llegado los turistas en supuesto territorio conquistado!!!Ah si la dueña no es española pero tuvimos la suerte de hablar con ella y lleva más de 30 años en España y tiene hijos españoles o sea otro comentario fuera de lugar!!!

Decepcionante visita a un restaurante que ya no cumple las expectativas de haber sido recomendado por la guia Michelin.Lamentablemente la hija de los dueños no ha sabido seguir los pasos de sus padres con un trato soberbio,chulesco e irrespetuoso….a pesar de estar vacio un sabado noche.De la comida no puedo opinar pues es la primera vez que abandono un restaurante con tan mal sabor de boca sin haber cenado.

Sábado 2 de julio.Reservo mesa para 4.Lugar pequeño sin terraza ( suelo ir en invierno), pero decido reservar en verano para sorprender a unos amigos, por que siempre hemos comido muy bien), nos acomoda una señora, hace tantísimo calor allí dentro que cogemos las cartas y nos abanicamos, cosa que a la señora no le hace gracia y nos lo hace saber.Le decimos si nos puede encender el aire, el calor era insoportable y nos contesta que están las ventanas abiertas por que otros clientes quieren tenerlas abiertas, (era sábado por la noche y había una sola mesa de 2 y nosotros), le decimos que hace mucho calor y nos dice que no va a poner el aire y que si le íbamos a pagar nosotros la factura de la luz, inmediatamente con otra excusa, nos levantamos y nos fuimos.Una lástima por que ha perdido a unos clientes de toda la vida para toda la vida.Muy mal trato, muy prepotente, muy chula, lástima que haya proprietaries de negocio con tan malas formas, no es española, y parece que se cree superior por no serlo.Nunca más volveremos.

Pequeño restaurante muy acogedor, con muy pocas mesas y mucha distancia entre ellas. Todo lo que sirven en la mesa es de elaboración propia incluso el pan, que lo sirven recien hecho, y la mantequilla. Tienen menú cerrado por lo que no se puede elegir, pero en nuestro caso quedamos encantados con la comida. Van cambiando los menús según la temporada. Primero nos sirvieron una bandeja con tres pequeños aperitivos por persona. Luego una gioza rellena de cordero guisado. Después un aguacate relleno braseado, y como plato principal dorada, totalmente limpia y desespinada con una salsa muy rica y una estupenda presentación. De postre una copa de sabayón muy fino y rico. La atención y el servicio de 10. Imprescindible reservar ya que solo tiene 5 ó 6 mesas, e informarte del menú que están ofreciendo en ese momento.

Un único menú de primera calidad y estupenda cocina. Cóctel de crema de bogavante servido en copa, ravioles caseros rellenos de gambas, pularda con peras al vino y tarta de café con helado. Todo riquísimo y con gran elaboración.Atención perfecta. Distancia seguridad y medidas anticovid.Un lujillo.

Quizá las espectativas que tenía eran demasiado optimistas. Menú cerrado con comida elaborada que quizá se quedó algo corto. El restaurante tiene una hubicacion algo retirada del centro y la decoración y mobiliario son muy mejorables. Comida, pues bien todo bueno pero me faltó algo más que me sorprendiera.

Que rato más desagradable nos ha hecho pasar la señora que atiende al entrar.Si no tiene ánimos ni ganas, que deje el negocio, pero no mortifique a las pobres criaturas que van por allí.Al llegar todo malas caras y reproches y luego para decirnos que no tiene carta, que solo hay un primer plato y un segundo y nada más.Cierra ya por favor!!!

Un lugar encantador, con un servicio, atención y ambiente para los comensales sublime. Espero con impaciencia volver por el lugar,, para tener el placer de volver a disfrutar de sensaciones gastronómicas tan placenteras.