Restaurante Voro en Capdepera

Vale la pena ir al restaurante de Alvaro. La estancia ha sido muy buena, el trato por el personal de 10, desde el primer momento. La comida no había ningún plato que saliera de lugar, simplemente todos a tono y la altura de dos estrellas Michelin. En cada plato la explicación del plato del Chef, y como hay que degustarlo para poder disfrutar de todos los sentidos humanos con el sabor y de donde vienen cada uno de ellos. Ir al Voro no es sólo comida, es sensaciones con comida y tranquilidad. Recomiendo ir y poder disfrutar.

Excelente servicio, excelente maridaje y comida muy bien elaborada. Una gran experiencia en todos los sentidos.

Un año más cenamos en Voro, y un año más nos hemos dicho que Álvaro Salazar estaba en el mejor momento de su carrera... pero es que parece que no toca techo. Es una ascensión meteórica. Cada vez es mejor y mejor... y mejor. Su técnica ahora es tan depurada que ya no le puedes pedir nada más a la vida. Panes excepcionales, sobretodo el pan Telera, petit fours que hacen que te explote la cabeza, unos buñuelos delicadísimos, unas tartaletas vegetarianas que te hacen desear que Álvaro abra un restaurante vegano, sólo para saber cómo sería ese experimento... Y como siempre sus demi-glace son de otro universo. Como mallorquina me sorprendió la mezcla de las almendras y el caviar en su versión del ajoblanco, tal vez otros chefs yo lo habían hecho, pero yo no lo había probado nunca y es sublime. No solemos hacer la cena con maridaje porque en otras ocasiones, en otros restaurantes, no nos había convencido, pero lo que hizo ayer el sumiller fue pura magia. Uno de los mejores "story tellers" que me he encontrado en restauración. Francamente te transporta a todos esos lugares "no visitados" y te hace creer que estuviste. Que incluso forman parte de un recuerdo tuyo. Durante ese primer sorbo te traslada a Japón, a la Borgoña, a Elciego, te devuelve a Mallorca... es indescriptible. Yo recomiendo la experiencia con maridaje 100% si es que uno tiene ganas de dejarse llevar y perder el control. La sala un 10. Creo que es algo que toda persona debería poder experimentar una vez en la vida. ¡Felicidades a todo el equipo!

Restaurante 2 estrellas Michelin en Mallorca. Espectacular, caro, mi primera experiencia de este tipo para hacer una vez por lustro. Lo mejor en mi opinión: la ensalada marina, la pieza de ternera, el atún piscivoro...

Una noche inolvidable.La maravillosa cocina de Álvaro Salazar sorprende y emociona. Una exquisita mezcla de sabores en la que se adivinan bases de los guisos tradicionales en sus fondos. Un despliegue de creatividad en el que diferentes texturas no hacen más que sorprender. Te enamoran los guiños a la tierra natal del chef, raíces que se vuelven mágicas en el postre de gachas con ese aceite que inunda de sabor el paladar. Esa filigrana reflejo de Andalucía y de vivencias de infancia.Destacar el buen hacer de Sela en sus elaboraciones dulces y en esos panes que complementan algunas de las creaciones.En cuanto a los vinos, la carta deja testimonio de todo el trabajo y pasión que existe detrás. Completa en cuanto a referencias y atrevida en sugerencias que te descubren curiosidades de cualquier lugar del mundo. Probamos un saque delicioso y me encantó oler Jerez en un vino rancio de la zona.La sala nos recibió entrañablemente y explicó con natural elegancia todo lo que se iba presentando. Una coreografía perfecta en tiempos y movimientos.Todo esto narrado a través de un hilo conductor en busca del zenit.Conseguido equipo.Gracias por la experiencia.

Una experiencia única en Mallorca, un trabajo impoluto detrás de cada plato, disfrutamos al máximo de absolutamente todo. Solo podemos decir enhorabuena a los genios del equipo que forman Voro y recomendarlo 100x100. Gracias

Tenía de hace tiempo pendiente cenar en Voro, después de dos decepciones con este restaurante en su antigua ubicación. Una con una cena muy mejorable y otra con la cancelación de nuestra reserva. La espera ha valido la pena.Tienen unas merecidas dos estrellas Michelin. El nivel de la comida es altísimo, con platos muy bien elaborados, presentaciones fantásticas, mezclas de sabores, técnicas y texturas. La verdad que disfrutamos mucho. Se nota que hay mucho trabajo en este menú. El precio más que correcto, considerando la calidad y todo ese trabajo que hay detrás.El servicio en sala es muy bueno y con mucha atención a los detalles. En nuestro caso tuvimos un camarero italiano (o eso me pareció) que lo hizo muy bien.La carta de vinos me gustó mucho. Es muy amplia, con muchas opciones, diferentes añadas y con vinos “curiosos”. Los precios muy correctos. El maridaje me pareció excesivamente caro por la selección y por el número de vinos. No lo recomiendo. Vino por copas a precios excesivos.Dos son las razones de valorar con 4 estrellas. Por un lado, servicio del que me pareció jefe de sala, narrando los platos con excesiva rapidez y sin mirar al cliente sino a lo que pasaba en sala. Segundo, una mala respuesta del sommelier al quejarme de los excesivos precios de las copas de vinos. Si respuesta “no se donde usted compra los vinos” justificando los precios. Al respecto, decir que la botella de atalaya del camino cuesta 11€, y una copa en Voro cuesta 10€. Estas no son respuestas a dar a un cliente, ni formas. Estamos en un dos estrellas Michelin, donde se busca excelencia. Esos dos detalles no lo son, y espero les sirva como crítica constructiva.Dicho todo esto, sin duda recomiendo la experiencia en Voro. De lo mejor que hay en Mallorca en estos momentos. Espero poder volver este verano.

No puede decir que la comida no estuviera buena, porque lo estaba. Lo que no es normal es la forma que tienen de engañar a la gente.Teníamos reserva para cena completa y maridaje. Nada más sentarnos nos avisan de que enseguida vendrá el sommelier a pedirnos que queremos para tomar de aperitivo, nos da varias opciones y pedimos cava. Le avisamos de que tenemos reserva con maridaje y asiente.La cena transcurre con normalidad, en una parte nos sirven una copa de vino tinto para los dos siguientes platos. Mi pareja se queda sin vino en el primero y el sommelier se acerca para poner más pero nos avisa de que es algo excepcional … ¿Perdona? Me pareció grosero pero no le dimos mayor importancia.Llega la hora de pagar supuestamente la nada despreciable cantidad de 285€ por persona…. ¡Pues no! Resulta que nos cobraron 30€ extra por cada copa de cava, además de cobrarnos el agua y el café a precio de oro, venga ya señores… ¡Que necesidad de tener gestos tan feos! ¿No os parece?Supongo que su público objetivo no se suele quejar de estas cosas pero bajo mi parecer, son unos auténticos trileros.Que pena.

La comida, salvo un par de platos que nos sobraron ingredientes, es excelente, el servicio debe mejorar.Después de visitar Diverxo cada restaurante estrellado suele ser decepcionante, no en este caso. Es el primero que nos logra sorprender y gustar. Muy buen trabajo de la creatividad del chef. Quitaríamos el apio en el tartar, ya que se apropia demasiado del sabor de la carne. Y del pimentón en el helado de cítricos, parecía que estuviésemos comiendo pulpo. Pero en general muy buena propuesta, camino de las dos estrellas.En cuanto al servicio, empezó muy bien, pero conforme pasaban los platos se fue haciendo muy lento. La mesa de al lado empezó más tarde y terminó media hora antes. A pesar de ser un menú bastante largo, es inadmisible irse casi a cuatro horas. Para los postres estuvimos una hora entera. Todo el buen servicio inicial desapareció en los momentos finales, en los que nos sentimos prácticamente ninguneados en la sala. Nos fuimos con mal sabor de boca por ello.Por último, me pareció excesivamente cara una copa de cava a 16€.