Restaurant Cala Barques en Pollença

Si vas en barco cala Barques tiene este a pie de playa perfecto. Además de ser muy simpático el dueño hace unas paellas mixtas sorprendentes para ser un sitio tan bonito.Nos ha aconsejado un Can Axartell blanco de la isla realmente rico. Hemos disfrutado mucho el día de mi cumpleaños gracias

Estaban completos y nos hicieron un huequito para dos... Algo que no todo el mundo hace en temporada alta en la isla. Iban desbordados de trabajo y aún así fueron encantadores todo el tiempo. ¡Bravo por eso, que no es fácil! Pedimos arroz negro y estaba espectacular. Todo un acierto. :)

Restaurante ubicado en un emplazamiento excepcional con vistas a Cala Barques.Pedimos chipirones, buen sabor aunque a mí gusto con exceso de rebozado y por tanto aceite.Paella de marisco, correcta, un punto salada pero adecuada cantidad por comensal.Si vienes reserva frente a la cala.

Exquisita la comida, el servicio de atención es muy bueno, están atentos a todo lo que te puede faltar. Los platos salieron rápidamente

Buen restaurante, en una de las calas con el agua más transparente que he visto en Mallorca. Nosotros llegamos a comer a las 15h y tenían algo de prisa por tomarnos nota. Las gambas de Soller una delicia, la famosa langosta con huevo frito característica de esta zona, no la llegamos a probar, y la tarta de manzana de postre estaba especial. El trato fue adecuado.La playa que hay justo debajo ( playa de Cala Barques) dispone de alquiler de tumbonas y sombrillas.

Típico restaurante atrapa turistas con comida de dudosa calidad a precios elevados. El servicio que dan sus camareros no te dan ganas de solicitar nada. No repetiría lo tengo claro. El sitio está bien ubicado, es su único punto fuerte, pero no hay sitio para carros sillas de ruedas porque están todas las mesas pegadas.

Sin palabras. De verdad que no sé por dónde empezar. Ha sido un homenaje gastronómico en un entorno inmejorable. Nos sentimos como en casa. Gracias Miguel por mantener un rincón único en el mundo. Repetiremos !!!!!

La ubicación es muy buena, pero la comida es un timo. Hemos pagado 40 euros por un gallo de san pedro congelado, sin sabor y mal cocinado. El propietario ha asegurado que era fresco (mentira) dado que el pescado sabía cómo si estuviese hervido y se hacía bola en la boca, esto solo pasa con el pescado congelado.Adicionalmente el servicio ha sido muy maleducado, empezando por el amo, que cuando le hemos criticado de forma constructiva la calidad del género y la profesionalidad de la cocina, se ha puesto muy agresivo y nos ha tratado de muy malas maneras, asegurando que tanto muchos de sus clientes como él mismo tienen más dinero que nosotros, insinuando que el paladar de una persona solo es capaz de diferenciar el buen pescado del malo en función del dinero que tiene en su cuenta. En fin, que podrán timar a los extranjeros, pero no a nosotros.

Paella espectacular al lado del mar.Servicio increíble y atento.Seguro que vuelvo