Es Pins en Sant Joan de Labritja

No es ni sombra de lo que era, las raciones son ridículas. Fuimos a comer el menú dos comensales: el menú del día comprendía de primero ensalada y de segundo frito de cerdo. Reitero que era un menú. Después de una espera larga, muy larga, apareció el camarero (hijo del dueño) con dos ensaladas que aquello era más que nada poca cosa, pero bueno, vale. Lo malo fue cuando apareció el mismo camarero con los segundos platos, lo que se atisbaba era un efímero frito de cerdo comprendido y asentado en dos platitos de café, sostenidos por el camarero en la misma mano. El postre, un sorbete de mandarina, fue lo mejor. Todo esto 13€/persona, por irse sin comer, claro, allá con su gestión. ¡Mucho ánimo en la debacle!

La ensalada con costras es pan con tomate por encima y ajo que como te comas un trozo , con lo grandes que son, desinfectas la boca para una semana. El sofrito payés es carne de cocido de vete a saber que día, porque no la descongelaron bien. El pan muy rico y el camarero muy simpático, pero como no iba a ligar sino a comer y no solo de pan vive el hombre , pues 2 estrellas y es mucho.

Lastima que la amabilidad sea algo supletorio y poco habitual entre algunos camareros/as. Van estresados y no dejan ni hacer cambios en la comanda cuando ya está hecha, ¡¡incluso hasta 1 minuto después!!Por otro lado, el tiempo de espera no se advierte y el orden de entrega no prioriza las tapas, que ¡¡son platos ya elaborados!!, con el argumento de que siguen el orden de las mesas. Sería algo lógico, práctico y algo común en el buen hacer de la restauración atender con lo que se tiene hecho y dejar que la cola se forme con lo que debe ser elaborado en cocina.Es una lástima, ya que voy desde que tengo uso de razón y el espacio sigue guardando el encanto de siempre, con ese olor a paella mixta característico. ¡Hasta hicieron el convite de mi Comunión aquí!… pero de ir así ya no será una opción al visitar la isla.

Para mí tiene más fama y tradición que lo que realmente ofrece.El punto positivo es que sirven comida "normal" sin postureos y es de los pocos con menú del día por la zona.Por lo demás hace mucho calor en la terraza, suele haber que esperar bastante para coger sitio y los camareros están tan saturados que les queda poco espacio para la amabilidad.De la comida mis acompañantes dijeron que de batalla, sin más, yo poco puedo opinar porque soy vegetariana y las opciones eran tortilla y ensalada.Comida vegetariana: No lo recomiendo para vegetarianosAparcamiento: Tiene fuera una zona de parking gratuito, aunque según la hora puede estar lleno.

Para comenzar esta reseña decir que nada más llegué al restaurante tuve que esperar 15 minutos a que me dieran una mesa. Cuando por fin me dieron una mesa vino un camarero y me dijo de memoria tres primeros y tres segundos, por lo que sin carta visible tuve que elegir entre dos ensaladas y abas de primero y entre pollo y merluza de segundo. Exceptuando el Ali oli este restaurante tiene una calidad bastante mala, no recomiendo parar en este restaurante ubicado en medio de la carretera

Restaurante con menú y carta 100% ibicenco. Sofrit pagés, ensalada pagesa, greixonera, flaó... A parte, con el detalle de las olivas jovenes y alioli con pan hecho en el restaurante con anís.La terraza-jardín, esta llena de pinos enormes y típicos de la Isla.Para mí, el restaurante más auténtico y típico de la Isla.

Voy con frecuencia a este Restaurante que ya es un "Clásico" en Ibiza. El lugar es agradable, la comida sencilla pero de CALIDAD, hacen un pan exquisito y la limpieza y la corrección en los precios son sus señas de identidad.Forma parte de mi circuito habitual y así seguirá !

Restaurante familiar , muy concurrido por foraneos. Comida casolana a un precio muy asequible. Un arroz de matanza auténtico, la graixonera deliciosa y no puedes dejar de comprar su pan , es el mejor de la isla. Recomendable 💯En mi próxima visita a la isla volveré sin duda.

El pan y el alioli buenísimo. Se come bien pero hay que ir con tiempo porque no reservan