La Boyera en Sant Lluís

Mala experiencia.La actitud arrogante del dueño ante una confusión por parte de su personal es imperdonable.En vez de aceptar el mal entendido, prefiere desafiar al cliente.Finalmente, después de discutir, dan "solución" y cambian el plato. Pero han perdido el plato y también un cliente.¿Y la comida? La verdad, muy buena. Eso no se lo puedo negar. Una lástima que un buen producto quede a la sombra de una mala atención.

Lugar muy original! Comida espectacular a un minuto de Binibéquer. Comimos en la terraza y sin ningún problema incluso granizando piedras de un tamaño fuera de lo normal. El trato estupendo. Rango de precios normal para la isla. Para repetir 👏🏽

La comida no está mal, hay variedad y cierta autenticidad en las propuestas aunque tampoco es para epatar y las cervezas (no tomamos vino) no están suficientemente frías.El local no está decorado con buen gusto y comes en mesa de plástico sin mantel.Tardaron en traernos el segundo plato más de 30 minutos y cuando se lo recordamos al dueño fue bastante sarcástico.Dos estrellas.

Para empezar habíamos reservado una mesa y después de traernos la bebida, el dueño del local nos invita a cambiarnos de mesa porque la organización que tienen es lamentable. Hemos tenido que coger los cubiertos (sucios) de la primera mesa y llevarlos para la que nos habían asignado. Le pido a un camero si me puede cambiar los cubiertos. Y seguidamente me vuelve a traer los mismos cubiertos sucios. No contentos con ello el plato que me traen para los entrantes también estaban sucios. A la tercera vez que nos traen otros cubiertos no son capaces ni siquiera de secarlos ya que los habían sacado del lavavajillas y el resultado es que las servilletas llegan a la mesa todas mojadas. Luego la comida sin más platos pequeños y muy caros. Y cabe resaltar la pasividad de los camareros. En conclusión, VAYA ESTAFA de restaurante!!!

Fuimos ayer Viernes 9 de Septiembre. Llegamos sin reserva, a la aventura.Años atras siempre nos dejaron claro reserva, reserva, ya que sin reserva es complicado. Llegamos practicamente de la playa y conseguimos mesa, solo habia 3 libres, a las 14 horas completo.El dueño se paro a hablar por todas las mesas preguntando que tal todo, bromeo con nuestra hija, es cierto que el acento o tono de voz, puede parecer algo borde, pero para nada es asi.Parking a la sombra.El camarero educado y atento en todo momento.Comida de 10.Calidad muy buena, precio mas barato que otros de la zona mas cool y de peor calidad. Normal que este siempre lleno.Otro restaurante que marcaremos como fijos en la isla al cual asistir, eso si con reserva.Gracias!

La comida estaba buena y el lugar muy bonito y limpio. Tiene además un aparcamiento amplio y a la sombra. Lo malo es que tuvimos que esperar más de media hora a que nos sirvieran. El encargado nos pareció un poco antipático, quizás no le gustó que vinieramos directamente de la playa a su restaurante y quería hacérnoslo saber. Lo que más nos gustó fue el curry verde y las trufas de chocolate y naranja.

Muy mal trato por parte del propietario hacia el personal, despreciandoles delante de los clientes. Es una pena porque la comida está muy buena pero la actitud de este hombre dando consejos de moralidad a los clientes y criticando a los camareros deja mucho de desear.

Muy MAL servicio y actitud de parte del dueño al contrario de los camareros que si dan un buen servicio . Un trato déspota de su parte a una compañera y prefirió perder 8 clientes antes de juntar dos mesas. Una lastima porque el lugar prometía, lastima que preferirnos irnos por la mala experiencia antes de ordenar la comida.

Nunca antes he escrito una reseña, pero el trato recibido por el propietario de este restaurante ha sido tan surrealista que debe quedar registrado.Saliendo de la playa nos encontramos con este Pad Thai que tenía tan buena pinta y decidimos parar sin dudarlo. Es verdad, no íbamos bien vestidos, sino con ropa de playa y el bañador debajo, no teníamos ropa para cambiarnos ni sabíamos que había un dress code…Nos sientan a los 4 en una mesa, yo pregunto si nos podríamos poner en la otra terraza que era más bonita y estaba casi vacía, el propietario me dice de mala manera que las dos terrazas son iguales y que no podíamos movernos porque esa terraza era para los que habían hecho reserva, yo acepté la respuesta sin problema.Cinco minutos más tarde llegan 4 amigas más y le pedimos al propietario si se puede juntar una mesa, me vuelve a preguntar si tengo reserva, le digo que no, pero acepta ( de mala manera) juntar una mesa más con 2 sillas, le pregunto si podemos poner dos sillas más y apretarnos un poco. Ahí al propietario le empiezan a saltar chispas de rabia y nos dice que sólo podemos ser 6, que no podemos obstaculizar el camino, todo esto teniendo toda la terraza vacía y solo 2 mesas reservadas…El tono con el que nos habló, la manera en la que nos hizo sentir fue tan insultante que decidimos pagar el agua que habíamos pedido e irnos…Además, se nota que sus empleados le tienen miedo.Da pena que un lugar así lo dirija alguien antipático y ofensivo.Pero me alegro de que nos hayamos ido porque terminamos cenando en un Restaurante italiano, que aún estando a rebosar de clientes y tener un solo camarero, este no perdía la sonrisa, la educación y el buen humor (Ristorante Opera)