Restaurante Randemars en Sóller

Pides una jarra de cerveza y en lugar de decirte no tenemos se presentan con la imagen que adjunto, con un tercio para que se pueda comparar el tamaño. Trato mejorable, relación precio/calidad mala, se aprovechan de la situación junto al puerto para cobrarte precios desorbitados para la calidad del producto. Nada recomendable.

Llegada al restaurante a las 14:00, pedimos una paella y una pizza para los niños. A las 15:10 todavía no sabíamos nada de la paella ni de la pizza. Empezaron a poner paella a la gente que llegó más tarde, puede ser que valiera más el dinero de las personas que vienen que fuera que el nuestro.El gerente o supervisor del restaurante sentado en un mesa al lado de donde estábamos sentados nosotros, de lo único que se preocupaba era de que atendieran su mesa y la mesa de sus familiares.Una vergüenza.No lo recomiendo para nada

Es una lástima que la calidad de la comida haya bajado tanto. Llevamos yendo hace años a comer una paella, que fue de las mejores que he probado. Sin embargo esta vez nos han servido un arroz pasado, líquido y con calamares de lata..en fin. Precios altísimo por una comida pobre.

Restaurante muy bonito en el puerto de Soller. Es agradable de estar, si hace mucho calor en la terraza no hay quien esté. El servicio es atento. El precio es muy alto para la calidad del producto.

Muy buen pescado y buenas vistas . Buena cartaRecomendable

Hemos llegado bastante tarde y la chica nos ha atendido muy amablemente dandonos mesa.La oferta gastronómica estar bien. Servicio muy agradable pero precios caros. Para mi solo fallan en el precio : Pechuga de pollo 21€ que si pides guarnición de verduras te suman 6€ (al final el plato sale a 29€, para mi sale caro ), de la sangria nos cobraron por una copa 9€ y una botella de 1L de agua 5,9€. La cocción correcta y el sabor de los platos bueno.

El lugar es muy lindo, la ambientación increíble, frente al mar. El servicio es muy bueno, todos muy atentos y cálidos. La comida no es de lo mejor. Comimos un salmón teriyaki que tenía salsa barbacoa...invadía mucho el sabor del salmón. Y unos lenguini con fruto de mar que estaban bien. De postre la tarta de nuez que realmente era fea. Además una copa de vino y una cerveza. Total 75 euros.

Era la segunda vez que iba al restaurante porque el bogavante con patatas está muy bueno. El servicio pésimo, aunque lo intentan, supongo. Después de acabar con los primeros platos, nos informan de que se han equivocado con la comanda de los segundos y que en lugar de bogavante con patatas, habían entendido paella de bogavante. Tras una hora de espera, cuando preguntamos si se iban a demorar mucho más, nos responden tratando de justificar su posición, rematando con un "más me duele a mí, que por este error me tengo que comer yo una paella de bogavante". Hombre, si quieres nos comemos nosotros vuestro error. Tras eso, ni una cortesía, ni de los cafés, NADA. Si todo va bien, el sitio es bien. Si tienes la mínima incidencia, la gestión de la situación es absurda. Como no tienen que fidelizar porque llenan con todo el turismo, les igual que te vayas con mal sabor de boca. Precios absolutamente elevados para el tipo de servicio. No volveremos

La verdad que una mala experiencia,servicio pésimo!! Te dan las cosas en tu mano,en vez de servirlas en mesa. Luego para pedir algo un suplicio y muy lentos!!!La comida esta muy bien presentada.El Rodaballo estaba bueno pero como todo lo cocinado en los hornos JOSPER,saben demasiado a ahumado.El postre estaba bueno.Podrían poner un jefe de sala más profesional y con más flow!!!Es muy soso y no esta “al loro”.