Chamonix en Haro

Esta bien para comer de picoteo, hamburguesas, sándwich, patatas, rabas, platos combinados, bocadillos...espacioso y acogedor.

Tasca tradicional con ambiente tranquilo. Lo mejor : las tapas que los dueños hacen a la plancha con la paciencia y el cariño que solo tiene el artesano. Muy recomendables el pincho moruno y los champiñones. La única pega es que los precios son algo más elevados de lo esperable.. Aún así siempre merece la pena volver.

Estuvimos en el pequeño bar típico donde tienen tapas típicas como la tripa de cordero a la plancha, vieiras, coquinas y hamburguesas. Los camareros son muy agradables y me recomendaron vinos espectaculares, el bar es muy cuco y peculiar. Experiencia muy auténtica de la Herradura de Haro

El fin de semana pasado decidimos pasar el día en Haro y elegimos Chamonix para comer. Nos decantamos por unos bocadillos y platos combinados. La verdad que quedamos muy contentos con el trato del personal. Nos recomendaron un vino muy rico. Las cantidades generosas y calidad- precio muy bueno. Desde luego que lo recomendamos.

Bar de tapas local, buen sabor los champiñones, muy logrados a imitación de los de la calle Laurel y un poco caros los pinchos morunos para el poco sabor que tienen y el punto de la carne no es adecuado un poco duro. El vino cosechero es bastante decente.

La atención en la barra fatal, en la mesa peor. Ni caso nos hicieron. No nos limpiaron la mesa ni después de pedírselo dos veces, tuvimos que comer retirando los platos de los anteriores a un lado de la mesa. El señor muy borde, la chica un poco mejor. De pena, no volveremos. Las navajas que pedimos eran pequeñas y tenían arena todas. Un desastre.

Dos estrellas es bastante ! Sin servicio de camarero, te dan un zumbador para recoger el pedido en barra; precios elevados para la cantidad, la calidad es correcta; copa de vino escasa en copa. 14'5€ por filete de ternera hiper fino !

Fuimos con la idea de cenar, pero la calidad del servicio fue muy precaria, casi antipática, estando en Haro *capital del rioja* pedimos consejo de un vino y sin preguntarnos que nos gusta y ni explicarnos que tipo de vino nos iba a poner, nos sirve un vino de mala calidad. Para finalizar esa atención nefasta nos cobran 8 euros por un plato de ensaladilla con el grosor de un lápiz de colegio. Una pena la imagen que da este establecimiento que podría sacarle más partido.

Picamos un pintxo de champis por la noche e intentamos cenar en el restaurante pero fue imposible. Estaban a tope y nos avisaron que por lo menos un hora. Se agradece el detalle de avisarnos y poder decidir si nos quedábamos o no.Volvimos al día siguiente a comer. Tienes que pedir la comida en la barra y llevar los platos.Platos GIGANTES una pasada de grandes. Abundante comida y muy buena en general. Quizá pelin caro no por la comida si no por el servicio. Pero bueno sabiendo todo esto... Es un lugar para cenar y comer y no quedarte con hambre.