Kabanova en Logroño

La atención con amabilidad, para tener solo 5 mesas, había un poco de desorden. Pedimos menú degustación. La comida sin más, las porciones aceptables, sin embargo muchos platos llevaban oreo y mermelada de arándanos, hasta un punto que se hizo muy repetitivo. Relación calidad precio, nos pareció caro, en relación con otros restaurantes vecinos de igual calificación. No repetiremos.

Una grata sorpresa en nuestra primera visita a Logroño. Muchas Felicidades a todo el equipo de este Fantástico Restaurante Kabanova y muchas gracias por hacernos sentir especiales. Cocina fantástica, trato exquisito y ambiente de lujo. Enhorabuena equipo y ya estamos planeando cuándo volver para disfrutar de vuestra cocina.

Estuvimos este viernes y la verdad que una experiencia inolvidable, el sitio súper acogedor los camareros súper simpáticos y el cocinero un verdadero fenómeno; de todo ese conjunto salieron unos platos exquisitos. Sin duda recomendable 100%

Gustazo de experiencia gastronómica "Show cooking" Kabanova. Eso sí, hay que ir con hambre.

Grata sorpresa en plena calle Laurel, gran anfitrión Carles Durán. Nos agasajo con unos manjares elaborados en el cheff table..

Comida muy buena con un punto diferente de autor, muy recomendable y nada que envidiar a restaurantes como una estrella michelín. El día antes estuvimos en Marqués de Riscal y puedo decir que disfrute más en Kabanova. Personal atentó y un chef excepcional y con ilusión.

Kabanoba, antes se llamaba Letras del Laurel, hace dos años le di un 10, restaurante creativo con un trato inmejorable, hoy hemos estado comiendo y la realidad es que ha bajado mucho en la calidad de la comida y en servicio, espero que vuelva a ser lo que era, un restaurante que poder recomendar, en este momento no y lo siento mucho, ya que era un lugar excelente.

La comida, un manjar para el sentido del gusto y un gusto para el paladar!!! Trato exquisito y muy entrañable!!! Carlos muchas gracias por hacerme sentir diosa por un día!!!💕💕

Pequeño restaurante muy acogedor en plena calle Laurel, con la cocina a la vista. La comida es imaginativa, muy elaborada y sabrosa. Tienen un menú variado y extenso que no incluye la bebida, por mas de 40€. La carta es suficiente aunque no tiene ningún plato “sencillo”. La carta de vinos contiene una variedad aceptable. El servicio es muy amable y cercano, auténtico riojano. El precio acorde con la cuidada elaboración de los platos. No dejes de probar el postre de pepino, te sorprenderá lo rico que está.