Restaurante 18 en Las Palmas de Gran Canaria

Lugar agradable, carta extensa para celiacos. La camarera muy amable. Necesita un apoyo de otro camarero, pero a pesar de estar a tope, su mejor buena cara.

Hemos ido varias veces y nos encanta! Todo buenísimo, quizás lo que menos el tartar, que estaba frio de nevera. Las pizzas brutales, no parecen sin gluten

La comida está bien, y el precio no es excesivamente caro para la zona que es. Las lágrimas de pollo tal vez sí que son algo caras (están buenas, igualmente). La bebida es variada y tampoco está del todo mal de precio. La atención fue correcta. Hay que estar atentos, pues el precio es sin IGIC, por lo que hay que sumarle un 7% a los precios indicados (de todas formas lo indica en la carta).

Pues la verdad q no superó mis expectativas.Comida salada y mal cocinada.

Hace poco me diagnosticaron varias alergias alimentarias, algunas nada comunes. No puedo consumir nada que contenga lácteo animal, ajo y gluten.Ayer pedí para llevar en este restaurante y me recomendaron un plato que podía comer. Croquetas veganas con papas fritas. INCREÍBLES, nunca había probado unas croquetas con verduras tan sabrosas, encima las papas no eran congeladas.Doy fe de que en este lugar tienen mucho cuidado con la contaminación cruzada, ya que no me ha pasado nada.Las personas con alergias o intolerancias, tenemos muy complicado comer en lugares seguros y yo sin duda, volveré.En resumen, muy contenta con la atención su comida, cantidad, calidad y precios.¡GRACIAS!

Estas albondigas deliciosas y sencillas de quinoa son un limitadísimo ejemplo de la honestidad, cariño y buena cocina que esconde este lugar "nicho" para celíacos y veganos, que en realidad es un perfecto destructor de mitos absurdos sobre comida sana y sabor. Prueben el falafel casero (sin foto, porque no pudilos resistirnos) y las croquetas veganas. Además, Carlos (¿el jefe?) destila buen rollo y felicidad por lo que hace. 👏🏾👏🏾👏🏾👏🏾👏🏾

Muy buen lugar para los que tienen intolerancia al gluten. Si además tienes intolerancia al maíz pues está complicado. El trato del personal fue muy bueno y nos recomendaron muy bien. La comida estaba bastante buena. La carta también estaba muy bien elaborada y tenían opciones veganas.

Excelente restaurante para celiacos, intolerantes a la lactosa y veganos SIN CONTAMINACIÓN CRUZADA, asegurado y comprobado. Un punto a su favor es la amabilidad del camarero, muy atento en todo momento y agradable. Pedimos el secreto de bellota, lagrimas de pollo (recomendadísimo, sobre todo por su salsa de mostaza y miel) y calamares subsaharianos, todo buenísimo y de calidad. Merece la pena. Un detalle más, hasta las servilletas son 100% recicladas. Respecto a los postres, el polvito uruguayo esta muy muy rico.

Para comenzar, debo decir que no tengo ni alergia ni intolerancia al gluten, pero iba con mi hija que si la tiene, la primera impresión es el aspecto, sitio muy acogedor, camarera muy servicial y buena higiene y limpieza tanto en baños como en el local, al mirar la carta, vemos que los precios son bastante competentes, no dista mucho de precios convencionales, (recordemos que los ingredientes sin gluten son bastante más caros) al comenzar la carta, el primer texto nos recuerda que todos los platos son sin gluten y un 60 por ciento sin lactosa, debo de admitir, que una vez pedido lo que íbamos a comer, la comida la sirven rápido, y sorpresa! Todo buenísimo, una experiencia muy agradable y unos postres bastante destacables, en fin, local altamente recomendable, tanto si tienes problemas con el gluten como si no.