Restaurante caserio de mozaga en San Bartolomé

Restaurante súper recomendable en Mozaga. Cenamos allí y además de ser un lugar con mucho encanto la comida estaba exquisita, las carnes increíbles y en su punto perfecto, y la atención por parte del servicio en especial por Patrícia un 10!! Lo recomiendo al 100%

Comida casera hecha con mucho amor. Espacio precioso con vistas de película. Personal súper atento y amable. Volveremos!!

Como estuvimos alojados en el caserío, cenamos un par de noches en el restaurante. El servicio es increíble, solo nos quedamos con el nombre de Patricia, pero todos nos atendieron de 10, hasta el cocinero sale al final de la noche para preguntar si te ha gustado todo. Y obviamente siempre fue un sí, porque la comida estaba deliciosa!

Excelente lugar para comer con un ambiente muy agradable en una antigua casona canaria. Los enormes ventanales y la amplia estancia ayudan a tener una sensación de tranquilidad y hace que toda la experiencia sea aún mejor. La atención es fabulosa, atenta y simpática. La comida excelente. El entrecot de angus está buenísimo, las carrilleras muy sabrosas y la quiche nos pareció exquisita. El precio no es excesivo, no es un lugar barato, pero en la mayoría de los sitios por un poco menos solo te dan una hamburguesa. Quizá lo único a mejorar sea la carta de vinos, que no tiene demasiada variedad y se centra en una marca. Muy recomendable.

Un lugar muy Bonito, una cena muy agradable, el arroz con almeja me encantó, el trato del personal correcto, volveremos a repetir.

Increíble cena en el restaurante, la carta es muy pequeña, pero en mi opinión es mejor así, hacer pocas cosas pero bien!Estaba todo muy bueno, recomiendo probar la sorpresa de huevo, me sorprendió mucho y estaba muy bueno.Trato muy amable, una camarera muy habladora y simpática 😊😊Pagamos 87€/dos personas (2 entrantes, 2 principales, 1 postre, agua, pan con mantequilla y una botella de vino🍷 )

Recibimos un trato exquisito por parte de Patricia, principalmente, y Fernando. La carta no es muy extensa pero ofrece carnes y pescados de mucha calidad. El restaurante, un caserío restaurado con mucho gusto, garantiza un ambiente cálido y muy agradable.

El restaurante es un lugar precioso, sobre todo a la hora de la cena. Muy tranquilo e íntimo para una velada en la isla. Sin duda, es el mejor restaurante en el que hemos estado durante nuestro viaje. Lejos de alborotos, trampas para guiris, y comida que no vale lo que cuesta, como nos encontramos en varias ocasiones, por desgracia. La atención de la persona encargada de servir las mesas es muy buena, cercana, con recomendaciones y consejos sinceros. En nuestro caso repetimos dos veces durante nuestra estancia y sin duda os recomendamos probar el arroz de pulpo, como gallegos, tenemos que decir que el pulpo estaba perfectamente cocido y el sabor del plato, muy bueno. La sorpresa de huevo, también buenísima. Todo lo que os pidáis aquí para comer va a estar rico, y sin sorpresas de mal gusto. Un 10!

Teníamos muchas ganas de ir, y no defraudó lo más mínimo. Mucho mejor de lo que pensé. El restaurante es precioso y está muy cuidado también en los detalles. La atención en sala es maravillosa, desde que entras hasta que te vas. Pedimos los huevos sorpresa trufados, que están increíbles. Seguimos con las croquetas de setas, que estaban buenas, pero fueron lo que menos nos gustó. Y pedimos las carrilleras, que no quedaba, y nos recomendaron estupendamente un entrecot. Y ¡oh, sorpresa! Lo pedimos poco hecho, y llegó perfectamente poco hecho y caliente. Una verdadera delicia. Pedimos tarta con salsa de arándanos de postre (que fue lo único de la comida a lo que le saqué foto), que estaba bien. Lo único por lo que no le pongo las cinco estrellas, es porque la carta es un pelín corta, igual que la de vinos, y falta alguna nota un pelín más discordante en el menú. Algo fuera de lo que se mueve la carta, porque seguro que lo clavan. Totalmente recomendable.