Mozart en Naut Aran

Me lo recomendaron unos amigos, y acertaronLa comida de buena calidad, nos comimos una fondue y unos postres muy ricos, y nos asesoraron muy bien con los vinos.Excelente trato por parte de los dueños, Cristina y Josép.Volveremos a este local, sin dudarlo, pues nos pareció súper acogedor.

Comimos una fondue con la familia nos encanto muy acojedor buenisimo un tracto muy bueno Voveremos llo recomendamos

Probablemente una de las mejores fondues que puedes encontrar en el valle. Además, su carta consta de Fondue y Raclette con sus toppings para mojar.El sitio es súper agradable, tranquilo y sencillo.El precio dependiendo de que tipo te pidas, sale razonablemente bien. Desde 20 euros a 35 aproximadamente.Fuimos un grupo de 22 personas y la atención fue exquisita.

Tomamos una raclette, y nos gustó mucho, tanto en calidad como en cantidad. Servicio bueno, precio justo y el postre muy rico. Lo remiendo si estás por el Valle de Aran.

Si quieres comer raclette este es tu sitio, muy buena y generosa, tienen una carta muy completa de raclettes y fondue lo recomiendo 100%

La verdad es que ha sido una noche inolvidable. Hemos ido muchas veces y por tanto sin sorpresas: ni bien ni mal. Correcto.Pero lo bueno estaba al final. Mi amigo Andrés pidió una copa. Y la dueña le contestó que no servían copas. Pues nada.Andrés observó que había una estantería de botellas de todo tipo de licores. Y sorprendido comentó en la mesa que era extraño exhibir alcohol y luego no servirlo. Sin más.Pero ahi llegó la dueña. Cristina. Con arrogancia nos espetó “en mi casa hago lo que me da la gana”. Y ningún problema. Pedimos la cuenta yb siguió gritando que en su casa se hacía lo que ella, Cristina, decía. Y entonces ya le dijimos que no necesitamos lecciones que por favor la cuenta:- las dos mesas contiguas llenas de amigos suyos insultándonos,- un cocinero con tatuajes nos advirtió que llamaría a la policía- una niñata nos llamó “payasos”- un bobo se levantó amenazante.Teníamos dos opciones. 1) ponernos a su nivel y 2) pagar y marcharnos.Imagínense cuál elegimos.La dueña es una prepotente culpable de toda la situación. Nos pidió no volver cosa en la que coincidimos con ella.

Una atención buenísima y una calidad superiror

Lo mejor: lo simpatiquísimo de la jefa de sala. Visitaría el restaurante aunque fuese para charlar un rato.La carta no tiene secreto: fondue o raclette y una carta de postres potente.Las fondues son buenísimas. Se nota que son caseras y de calidad. Los acompañamientos muy correctos (salvo la salchicha que a mi no me convenció nada). Sirven pickles, encurtidos para limpiar paladar.Ensalada de acompañamiento bastante buena.Hay amplia variedad de fondues y raclettes.De los postres destacar helado de castaña y de turrón entre otras muchas maravillas.

Unas fondues buenísimas. Carta d vinos muy buena, y la atención inmejorable, como siempre. Imprescindible de visitar