Hotel Restaurante La Villa en Ribadeo

Solemos parar a comer, no lo conocemos como hotel. Comida con un producto de primera. Nos encanta comer el pescado. Un rodaballo espectacular a la plancha con verduras asadas. Entrantes y postres caseros a destacar. Es una casa con distintos comedores en estancias de antiguas habitaciones. Muy agradable.

Menú del día 18 euros que incluye un crianza cariñena y un ribeiro: caldo gallego con grelos, pimientos piquillo rellenos, codillo, albóndigas, bacalao, buenos postres. En carta Arroz con bogavante. Zona interior y exterior. Buena y agradable atención. Desgeaciadamente, los baños dejan el peor de los recuerdos.

Pequeño hotel con encanto cerca de la playa de las Catedrales. Dueños hospitalarios. Buen desayuno. Nos quedamos una noche en nuestro camino a Galicia

Hemos estado 2 noches,es un hotel muy céntrico... tienes la playa de las catedrales a un paso y Ribadeo y toda la costa muy cerca....muy limpio y hemos cenado abundantemente y muy bien por el trato de la dueña....sin duda para tener en cuenta en un futuro viaje para alojarse

Un lugar muy agradable ,limpio y muy bonito.Tienen una excelente comida y el trato es inmejorable..gracias por todo

He estado en un par de ocasiones, ambas me quedé en el hotel y cené, dueños muy hospitalarios y hotel con mucho encanto, comida fabulosa. Siempre que puedo y paso por ahí es mi opción

Pedimos codillo que estaba bueno pero frío y un risotto con muchísimo aceite. Ambiente un tanto anticuado. No dan comidas en terraza, por si vais con vuestras mascotas, no van a poder pasar.

Dado me gusta ser objetivo y justo en mis reseñas enpezare por lo bueno.ayer domingo junto a otras 3 personas he ido a comer a este restaurante ,además dearroz caldoso con bogavante pedimos unas croquetas caseras y unas albóndigas con patatas,y postre. Todo rico y abundante.muy contentos.la parte negativa el trato ,los camareros súper antipáticos, no se preocuparon de preguntar nada,al llegar ni hola,y al.salir ni hasta luego. La atención en mesa pésima.Ni un gracias ni nada.de pena estropear su buena cocina con su mala educación y atención.

Lo que cabría esperar de una casa de comidas de hace 30 años: calidad de producto, precio adecuado, y buena atención. Nos quedamos con las ganas de probar el arroz con bogavante, pero aún soñamos con las zamburiñas y los mejillones.