El Asador De Aranda en Las Rozas de Madrid

Muy descontenta con el trato recibido. Ayer tenía una reserva en el Asador de Aranda. Nos surgió un imprevisto y no pudimos acudir por lo que intenté anular la reserva hasta en CUATRO ocasiones, pero fue imposible porque no contestaron el teléfono. Mi sorpresa vino cuando a última hora de la noche, a través de un correo electrónico, el Asador me indicó que no había acudido a la reserva. Les contesté que me había sido imposible ponerme en comunicación con ellos y les mandé un pantallazo con el registro de llamadas para que viesen que efectivamente les había llamado en cuatro ocasiones.Me parece de muy mal gusto que te reprochen, delicadamente, que no has acudido a la reserva, pero me parece todavía peor que lo hagan desde un correo electrónico que no admite respuestas, ya que me fue devuelto el correo que envié.

Asador clasico. No esta mal si te apetece cordero y te pilla cerca. Grandes salones, personal muy correcto y cocina extremadmente tradicional.Hay que comer cordero, o cochinillo (este ultimo por encargo), resto de platos no merecen la pena.Aparcamiento: Tiene aparcamiento propio y aparcacoches.

El local es impresionante, con decoración a base de rústico, suelo cerámico y maderas. La luz ayudaba a ver estas cualidades, además exuberante vegetación en el interior. Los materiales de muy buena calidad. Se nota el cuidado en estos detalles. A mí personalmente me gustó mucho la vajilla de porcelana de "La Cartuja". No como en ella todos los días. La cubertería también excelente ( Dalia alpaca, no está nada mal) limpia, repasada. El menú, es el propio de la casa. Para mí todo muy bueno. Los espárragos y el cordero espectaculares con sabor a leña éste. El resto en mesa muy correcto. Temperaturas de la comida la que toca. Por poner un pero al chorizo le faltaba sabor. Creo que eso lo podrían mejorar. El ambiente bueno y agradable. El personal muy correcto, bien uniformado y suficiente como para sacar bien el servicio sin esperas. En fin un lugar muy recomendable. ¿Calidad precio? Según cada cual. Para mí por lo que ofrecen no caro.

Hemos celebrado la comunión de nuestra hija allí y no ha podido salir mejor. El sitio es precioso, el servicio fenomenal y la comida estupenda. Los menús son variados y están muy bien. Además tienen un detalle con la protagonista y animadores para los niños pequeños sin cargo. Muchas gracias.

He vuelto recientemente al restaurante(después de la nueva apertura por el COVID). Siento decir que no es lo mismo que era, la comida era escasa, patatas fritas congeladas y sobrefritas y las recetas del sorbete de limón y de las rosquillas han cambiado. Vamos una pena porque desde niña hemos celebrado muchas reuniones familiares aquí...

Una apuesta segura para tomar cordero o cochinillo. El menú asador sale por 40€ e incluye entrantes a compartir ( morcilla Burgos, chorizo y pimientos piquillo) y posterior lechazo con ensalada. Después postre (hoy había milhojas de crema) y café con digestivo

No esta mal, aunque la humareda que se forma, es horrible, porque huele y molesta.. No se si porque era el domingo del día del padre o que, pero tuvimos que esperar bastante la comida. Además nos sirvieron la carne sin las patatas fritas, las cuales tuvimos que esperarlas bastante y además nos pusieron asadas y no fritas...

El precio es al rededor de 40€ por persona.. Cordero asado o cochino.. todo al horno de piedra .. Chorizos, morcillas.... Ensalada.... Pan postre y café eso el menú... Una pasada.. se come de vicio... Eso sí... Prepara la cartera... Si te lo puedes permitir.. merece la pena.

El cochinillo y cordero, exquisitos.El Menú Asador (39€) está correcto e incluye un cuarto de cochinillo o cordero, exactamente igual que los que sirven a la carta, además de unos entrantes y postre, chupito y rosquillas. Hasta aquí todo perfecto.Por poner un pero, pero importante, comentar que había una humareda importante en el comedor principal, debido a que en algunas mesas estaban asando carne en las parrillas que llevan a la mesa para que lo haga el cliente insitu.Entiendo que ese tipo de parrillas en mesa, debían limitarse a terrazas abiertas, nunca en un comedor cerrado, puesto que después de dos horas en el comedor, salimos con los ojos llorosos y enrojecidos debido a la humareda existente, además del olor que adquirió la ropa que llevábamos.