Ochenta Grados Las Tablas en Madrid

Una experiencia fantástica. El local es bonito, la comida deliciosa y el personal un 10, me atendieron 4 personas entre tomar nota, retirar platos, bebidas..... y debo decir que han sido súper amables y profesionales. Me gustaría felicitar especialmente al dueño por rodearse de ese equipo.Comí el menú del día por 15 euros y salí súper llena, estaba todo buenísimo. Elegí ensaladilla ñoquis con salsa de setas, y el imprescindible huevo trufado. De postre tarta de queso. El menú tiene varias opciones que iré probando.

Me lo habían recomendado en varias ocasiones y fue un acierto. Raciones pequeñas pero con buen precio que te permiten probar variedad. Los camareros son agradables, buena relación calidad-precio (27€ por persona con 2 bebidas por persona y 2 postres a compartir entre 4). La comida buena aunque no les pongo un 5 porque me pareció un pelin salada en general. Su plato estrella son los huevos trufados pero fue el que menos me gustó a mi… la hamburguesa cantonesa mi plato preferido, y de postre la leche con galletas. Me gusto, volveré seguro

Hemos ido varias veces a cenar y todo está muy bueno, nos gusta porque que al ser miniplatos puedes probar varios, lo malo de eso es que al ser platos de más o menos 6€ parece que es barato pero al final la cuenta suele ser de unos 70€ para dos personas en nuestro caso, ya que la cantidad es un poco justa. Aun así tengo que decir que la comida está muy rica, son platos originales con variedad y la sangría 80 grados me encanta. Lo recomiendo.

Menú variado y con buen precio. En general comida con poco sabor, le faltaba intensidad en lo que probamos.Fuimos a comer, y la ensaladilla aunque estaba rica tenía mucho sabor a mayonesa y el resto de ingredientes desaparecían. Con los gnocchi pasaba algo similar, quizás unas especies o algunos matices más de hubieran agradecido. Respecto a los Segundos el huevo con trufa estaba muy rico y conseguido, así como la hamburguesa.La tarta de postre de queso, estaba muy rica, aunque también un sabor más intenso a queso hubiera potenciado más aún el plato.

La comida es tipo raciones. Son elaboradas y muy cuidadas. La decoración es muy divertida y el personal absolutamente maravilloso. Conocen la carta y la explican a fondo, aconsejando muy bien al cliente. Estuvimos en pareja cenando y fue un acierto. Volveremos a probar más platos.

Este restaurante es perfecto para una velada romántica o incluso una noche de reencuentro como lo fue en mi caso. El servicio es rápido y eficaz. Todo lo que pedimos estaba buenísimo y al ser platos pequeños da para probar un poco de todo. Sin duda recomiendo 80 Grados :)

Lugar agradable y servicio educado, pero las raciones son escasas, en las cervezas ponen más espuma que líquido y los precios no son baratos.Además, son dos locales separados y en uno de ellos el baño es compartido, con lo que ello supone de esperas e incomodidad.La comida no está más pero no es nada del otro mundo, y las cantidades son muy cortas, como ya he comentado.Es más sitio para tomar algo y charlar un rato que para comer en sí. Para lo primero vale, para lo segundo no.

Comida minimalista, me encanta el huevo trufado. Todo está muy rico, se nota que ponen nata en los platos pero se lo puede permitir uno de vez en cuando. Recomiendo comer de menú que sale más rentable. Los camareros muy agradables en especial Rita (si no me equivoco es su nombre ) siempre te atiende con una sonrisa, una gran profesional.

He ido en varias ocasiones y la comida está muy rica aunque las raciones son algo escasas. Te suelen traer todos los platos juntos así que, si no queréis comer en tiempo récord, lo mejor es que vayáis pidiendo las tapas en tandas. Como recomendación, el huevo trufado que nunca falla. Además, no podéis iros sin probar su distinto de verano!