Bar El Mellizo en Ardales

Que maravilla de comida, pedimos rabo de toro y estaba de rechupete, las papas a lo pobre de guarnición estaban buenísimas con un toque de pimentón muy agradable .El resto de comensales pidieron flamenquin de rabo de toro, pizza kebbab, un campero y platos combinados.Nos pusieron aceitunas y aceite de olvida de calidad para mojar un pan riquísimo.Así que repitiendo bebida y todo 8 personas comimos por 108€Salimos a escote aproximadamente a 13€ por personas.El camarero muy agradable y atento.Desde luego para repetir.

Era en los días del pescadito frito. Habíamos reservado mesa con antelación y al llegar nos quieren colocar en una mesa fuera de espacio delimitado de terraza, sin sombrilla y bajo un árbol que soltaba hojas y de todo en la mesa. Tras un debate al respecto logramos mesa bajo sombrilla. Pero qué necesidad de discutirla y de qué nos tratasen como si nos hiciesen un favor??.Y el pescado frito?? Pues en general mediocre.

Trato discriminatorio por parte del personal, dado que por no ser residente del municipio y siendo más comensales, no pone aperitivo sin embargo a otros clientes siendo menos les pone aceitunas de cortesia, no pienso volver. Sin embargo en el restaurante Juan Vera y en el Rocayo no se hacen diferencias y el trato ha sido espectacular. "TENED CUIDADO TODOS AQUELLOS QUE SEAÍS TURISTAS" no malgastéis vuestro tiempo y dinero

Buenos bocadillos camperos. El serranito y el de pollo buenísimos. Este es mitad de uno y de otro. Recomiendo pasar por aquí. La atención muy buena. El camarero muy simpático

Probar su guiso de rabo de toro, una delicia. Personal muy amable. Buenos precios. Unas vistas muy agradables desde su terraza

Servicio lento y la rosada son como piedrasAparte el precio es excesivamente alto en calidad/precio

Trato excelente, como en casa. Pedimos un flamenquin y perfecto. Muy buena la salsa que lleva en el interior.

Servicio muy atento y rápido, la sopa de picadillo y las albóndigas con tomate, estupendas.

Hace un par de días, unos amigos fuimos a hacer el caminito del rey y a la vuelta paramos de casualidad. Y bendita casualidad. Una comida muy buena, con raciones muy generosas, es imposible quedarte con hambre. Y el trato recibido por nuestro camarero fue de 10, super atento en todo momento y muy amable. Si volvemos por la zona será parada obligatoria. Muchas gracias por todo.