Le Bistrot Suisse en Mijas

Un restaurante con un local muy típico andaluz, con terraza amplia, barbacoa. Muy buen trato del personal y la comida estaba rica.

Un restaurante muy bonito al estilo andaluz con una de las mejores vistas de mijas. Aparte la paella de mariscos estaba muy buena von un sabor intenso que se agradece muchísimo. Poder comer bien y disfrutar de las vistas es magnífico

Un lugar muy especial para comer en Mijas… Quiero valorar de nuestra experiencia el exquisito trato de todos los camareros (muy simpáticos con los peques en todo momento), las maravillosas vistas desde la terraza y la relación calidad-precio… Muy recomendable, yo sin duda volveré

Sitio con encanto en antigua casa con techos de madera y caña y suelos empedrados, el servicio muy atento y servicial y la comida de estilo tradicional con una buena relación calidad-precio

El sitio parece pequeño pero tiene mucho espacio y la terraza da a la plaza.El personal es majísimo, muy atento y muy amable.Para comer pedimos los mejillones "sartenilla" y el camembert, acompañado de pan con mozzarella y ajo. Todo buenísimo.

Restaurante con gran terraza, bonitas vistas, personal encantador y platos fantásticos. El carpaccio estaba exquisito, muy recomendable. Los platos principales nos encantaron, sin duda, volveremos.

Muy buen restaurante con gran experiencia en la comida tradicional. Extensa carta para todos los gustos, de un precio medio.Atención maravillosa de todos sus camareros y un lugar muy acogedor.

El lugar es muy típico, pero poco accesible (desniveles entre los salones, los baños en el sótano). La comida fue de buena calidad con porciones razonables, pero los precios fueron bastante altos. Y el postre era de un tamaño ridículo para los 5€ que nos cobraron (el camarero incluso se excusó diciendo que era “contundente”, cuando en realidad era del tamaño de una galleta y no se apreciaba el sabor).

Repetiremos sin duda!! Un restaurante muy acogedor y con un encanto único. Es una antigua casa encalada con vigas de madera. Tiene varios salones y terrazas con una decoración rústica muy cuidada. Las vistas a la plaza son preciosas. Por supuesto, su comida no podía ser menos, tienen una carne espectacular, pedimos solomillo de ternera y entrecôte, se deshacían en la boca. Además, es bastante variada. Y de postre, la tarta casera de la abuela, deliciosa. Victor, uno de sus gerentes, nos dio muy buenas recomendaciones y fue muy atento. Calidad-precio fenomenal.