Garum en Águilas

Excelente. Todo riquísimo: empanadilla argentina, croquetas...Lo mejor el garum, hecho al más puro estilo romano, pero con el toque propio de Daniel Méndez. Lo sirven en un recipiente réplica de la cabeza de una escultura romana en cuyo interior está la salsa, la cual se compone de pescado azul (bonito, sobre todo) con una textura similar al paté, coulis de fruta de la pasión, puré de tomate seco, alcaparras, tapenade con aceitunas verdes y concasse de tomate, entre otros ingredientes.La carta de vinos muy bien seleccionados.La relación calidad-precio estupenda.El local tiene un salón en el interior y una terraza con algunas mesas en el Paseo de Parra desde el que hay unas vistas estupendas de Águilas.Tardan un poco en servir porque lo cocinan todo cuando lo pides, con lo cual los productos están recién hechos.Destacó la amabilidad de Daniel Méndez y la atención de los camareros, muy pendientes de todo.Hay que reservar con antelacion.

Buen balance entre calidad y precio, al menos en los platos que probamos. Optamos por picotear platos pequeños: bravas, bombón, empanadas, gyozas,... y el resultado fue bueno. A destacar las empanadas y el bombón, y algo más flojo el rollito vietnamita y los palitos de queso, demasiado aceitados.El postre, lo mejor de la cena; muy muy bueno.Cenamos en la terraza, bastante acogedora junto al mar, y el servicio cercano, educado y en tiempo.Dentro de su segmento, es un restaurante donde se puede repetir

Todo espectacular, las croquetas de bacalao y las gyozas están a otro nivel, la carne brutal y las bravas, todo está excepcional, el trato y el cariño en servir los platos esta todo muy cuidado, volvere, recomendado al 100% si quieres disfrutar y darte un homenaje.

Un local excelente. La nueva decoración y la ubicación son muy buenas y combinan al máximo con la idea de Daniel Méndez, con la calidad de sus elaboraciones y con los sabores que tan bien trabaja. Con un servicio fantástico y una gran carta de vinos, es un sitio que hay que probar sí o sí si se visita Águilas.

Es un buen restaurante para tapear algo diferente en Águilas y salirte de los típicos sitios de pescaito (que ojo nada malo tienen).Nosotros pedimos:Bombón de gambaSteak tartarZamburiñaEmpanada argentinaCarpaccio de portobellosEl local es agradable por dentro y la terraza que es donde estuvimos también se agradece oír el mar.En cuanto a la comida, nos gusto mucho la zamburiña, el bombón y la empanada Argentina.El steak tartar reconozco que estaba bueno, pero nos gusta picante y este estaba más sosete, pero por 14€ es que no le podemos pedir más. Es un simple detalle.El carpaccio de portobellos fue igual el plato que menos nos gusto, no por el plato en si, sino por el exceso de parmesano que tenía. Para la foto tuvimos que remover el plato para que se vieran los portobellos un poco.En resumen, es un buen sitio para ir a cenar en compañía de amigos y familia, limando esos dos aspectos de la cena comentados habría sido un 5 sin duda.Probaremos otra vez seguro porque el precio es realmente barato para la calidad de comida.Precio medio 25€

Fuimos a cenar 6 personas.Gran retraso entre platos. Aunque están buenos no merece la pena lo que hay que esperar y el precio.Los camareros no son profesionales (ni siquiera saben cómo colocar una cubitera)

Antes de ir leí reseñas muy buenas y otras muy malas, y como pienso que la gente tiende a ser muy exagerada para mal, una vez ví la carta y los platos decidí ir con expectativas. Voy a empezar diciendo que el sentido de la crítica es que sea constructiva, ya que me parece que intención no les falta, aunque el resultado no sea del todo satisfactorio. Cuando lees la carta ves que hay platos que podrían ser dignos de cualquier sitio gourmet de renombre, pero cuando llega la hora de la verdad te das cuenta de que sobre papel se puede crear lo que quieras, cocinarlo ya es otro cantar. Las zamburiñas llegaron con el flambeado requemado y la que se salvó, más "blanquita", estaba fría. El foie rico, sin más pretensiones. El bombón de gamba, que es uno de los platos estrella, estaba bueno la verdad. Los tacos del pastor lejos de lo que te puedas comer en cualquier mexicano al uso, soso y saborío, un desacierto de plato. El ceviche era un caldo de limón con 4 trozos de corvina y de pulpo, ahí queda tajo para llegar a conseguir ese plato peruano. Y cuando parece que ya estaba todo perdido con los entrantes, llega una carne buenísima, con buen punto y muy buen sabor. La pena es que tardaron mucho en hacerla y cuando llegó venían los pimientos y las patatas heladas, estas últimas muy buenas por cierto aunque fuera de temperatura. Ya para los postres nos deshinchamos después de la experiencia. La verdad es que creo que si le dieran una vuelta a la elaboración o simplificaran algunos platos, en pro de una mejor gestión de la cocina y tiempos de servicio, estarían a un muy buen nivel. El servicio agradable y los precios medios. En cuanto al local, que he leído muchas críticas malas por ahí, está claro que no es el mejor del mundo, pero si la comida es la protagonista el sitio es secundario. Insisto que espero que esta crítica sea constructiva a pesar de la "dureza" de algunos comentarios, pero pienso que suavizándolos lo único que os haría sería un flaco favor. Ánimo! Y espero que muy pronto estéis al nivel al que creo que pretendéis estar.

Platos trabajados, ricos y diferentes. Muy bueno todo. Un postre original es la maceta de chocolate. Para repetir.

Fantástico. Tanto la comida como el servicio. Recomendable para comer relajadamente y disfrutar de cada plato.