la pescaderia en Cartagena

Menú cerrado de lo que haya ese día. Éramos cinco y nos ha rebajado porque el niño no ha probado nada salvo un pescado. Muy amable y servicial. Impresiona la calidad en un sitio al que vas sólo si conoces de él. Se paga sólo al contado.

Siempre estupendo, la vez que comí allí y las dos veces que he pedido para cena familiar en casa, todo muy rico. Atención fantástica y un olé al cocinero

Solo he ido una vez y prefiero no repetir, la lubina salvaje final era del pleistoceno, salada, vieja y reseca. Una pena perder clientes y fama por un triste pescado q hubiera sido mejor tirar. Lástima

Un lugar tranquilo, fuera del lío del centro en plena semana santa, donde comer.La atención estupenda y la comida inmejorable, buen producto estupendamente elaborado.Y la relación calidad-precio inmejorable.Son unos 40 euros por persona pagados con mucho gusto dada la calidad y cantidad de productos de mar de los que se disfruta ( canaillas, mejillones, almejas, chopitos, vieras, gambas, navajas, cigalas, croquetas, tostas con anchoa... , tarta cartagenera, café, chupito).

Entre edificios encontramos este sitio. Muy peculiar con Isabel de camarera,muy amable y atenta y su padre cocinero,con unas manos de oro. Nos ha encantado el servicio y la comida. Relación calidad-precio excepcional. Sin duda volveremos. Muy recomendable.

Muy buena, un lugar recomendable. Una recomendación...no tener prisa y disfrutar de cada plato.

En un sitio escondido de Cartagena, se come pescado y mriscos frescos, buenos, bien hechos. Menú de degustación para echar siesta luego. Relación calidad precio inmejorable. Amabilidad por parte del personal y buen servicio. Estuvimos en agosto un fin de semana y fuimos 2 veces, con eso queda dicho todo.Muy recomendable.

Ha cambiado de manos y ha sido para mejorar lo que había.Está el local más limpio, tiene más diversidad de platos.El precio que cobró por persona fue de 40 euros.Lo único que resultó peor fue la tarta cartagenera que no estaba como antes.Repetiré.

Estupendo sitio para comer pescado fresco, te sientas, pides la bebida y la camarera te va sacando platos de marisco y pescado que ha comprado el cocinero en la mañana en la lonja, comes según haya salido del mar ese día.Todo estaba riquísimo, servido en su tiempo, el postre muy bueno también.El trato muy familiar, sitio acogedor, estupendamente tratados.Repetiremos.