Meson la Farola en Moratalla

La comida buena y el sitio genial también. Estuvimos sentados afuera en la terraza.Lo único fue que a causa de la camarera nos sentimos como si estuviéramos molestando al sentarnos (caras largas, resoplidos y dejarnos con la mesa sucia durante 15 minutos, al final la recogimos nosotros), aunque haya sido recién las 14:55. Yo entiendo que se hagan caras cuando uno se siente a comer a las 16:00 sin preguntar si es posible...Unos clientes detrás nuestra preguntaron qué es lo que le pueden ofrecer y la respuesta fue "cansancio".Nos trajo los calamares sin servilletas y sin cubiertos, los cuales le pedimos amablemente y nos dijo que enseguida nos lo traía. Los calamares se enfriaron mientras tanto hasta que uno de nosotros entró a por los cubiertos y la respuesta al entrar fue "no puedo estar en todo", cuando solo entramos para coger los cubiertos, no para reclamar.Simplemente debería trabajar en eso ya que no es tan difícil ponerle ganas y sonreír. Sé de sobra que no se puede estar todos los días al cien por cien, y que a veces nos sobrepasa el trabajo pero los clientes no deberíamos sentirnos culpables por sentarnos en un restaurante.

Comida exquisita y buenos precios ,,que decir yo de mi lugar de trabajo me encanta

Fuimos 8 adultos y 4 niños de 6 años y al pedir la cuenta me dijo el precio y me pareció tan caro que pedí la cuenta, la mujer la pasó a limpio delante de mi e hicimos la suma...se había equivocado en 50 euros))!!!!!! La comida nos pareció casera ( bravas, ensaladilla, tartar de atún,caballitos ) excepto las alcachofas con foie que en general no nos gustaron porque parecían de bote, avinagradas.El camarero correcto.

Bar pequeñito pero con mucho encanto. El trato del dueño fue estupendo y muy cercano y agradable. Tienen amplia carta de comida.

Una estancia en la terraza muy agradable, buen servicio y bien de precio

Recién llegados a la localidad, no sabíamos donde cenar y un lugareño nos aconsejo este local. Ubicado en una placeta rectangular, donde supongo montarán mesas pero esta vez no había. El local es pequeño con otro anexo que hace de comedor con capacidad para unas 30 personas (altura del techo justa y decoración elemental). Carta básica de raciones relatada por la cocinera que fue muy atenta. El camarero que llegó después, muy seco y a su ritmo. Buenos productos, bien elaborados y con buena presentación aunque sin florituras (todo muy casero). Estupenda relación calidad/precio: cenamos de maravilla a 10 € por persona. El mayor problema es el aparcamiento.

Tapeo muy rico y a muy buen precio, situado en el centro del pueblo, lo que cuando hay fiestas siempre está lleno. Lo lleva una familia muy agradable y con un trato cercano.

Muy bien como siempre sus platos son muy buenos y la dueña muy agradable

Súper bien, no conocía el sitio y se come genial, muy barato y todo casero, muy rico.