Bearan Bar & rooms en Pamplona

Experiencia muy positiva. Después de llegar e intentar ubicarnos, decidimos que este Bar, sita en la calle San Nicolás, 25, en Pamplona, era el ideal.Comida con calidad y precio asequible!Servicio profesional y serio.Especial mención a la Srta María, no solo por no perder su sonrisa (a pesar de estar a tope el local), sino también por hacer su trabajo con profesionalidad y dedicar parte de su jornada a ayudar a un compañero que está empezando y necesita ayuda.Conocimiento perfecto de la carta de productos, alergénicos, y las trazas de los productos manejados en su cocina. Por lo tanto, un 10! Total confianza a la hora de pedir productos específicos.Bravo por su compañerismo y empatía.Si fuera empresaria del sector, la contrataría sin lugar a dudas.Gracias a tod@s, porque al final es un trabajo de equipo. Hasta pronto.(Los canarios)Igualmente recomendamos el servicio del hostal, que pese a ocupar 2 noches, nos hicieron cambio de toallas, incluso, sin solicitarlo.Hasta pronto también.

La verdad es que pensaba que el servicio "regulero" del hostal se debería a la elevada afluencia que tendría en la época de San Fermines, pero NO.El check-in fue bien, sencillo (pudimos hacerlo online), pero no hay recepción y los camareros no te atienden porque están hasta arriba trabajando en el bar (se entra por la parte del bar).La habitación era minúscula (fuimos dos personas), tenía una ventana que daba a un "patio interior" sin ventilación (arriba tenía techo y la parte de abajo era un despacho-almacén). La limpieza brillaba por su ausencia. Todo lleno de pelos por todas partes, bichos en el baño..La limpiadora se dejó un día la puerta abierta. Cualquiera pudo entrar en nuestra habitación en cualquier momento.La cama era supletoria, por lo que era muy muy incómoda.Las paredes de papel, se oye roncar a los vecinos, cada paso que dan, se sabe si tienen o no dada la luz del baño porque se oye muchísimo la campana extractora de humedad (mucho mucho), se oyen muchísimos portazos. Apenas pudimos descansar durante las dos noches que nos quedamos.Por lo demas, ni tan mal. Pero yo NO volvería a este sitio.

Llegamos poco antes de que cerraron la cocina y aún así el trato por parte de vari@s camarer@s fue exquisito. Muy atent@s y simpá[email protected] pinchos de muy buena calidad, sobre todo el foie. Pedimos dos zuritos, y cuatro pinchos y salimos por 14€. Relación calidad precio muy buena

La ubicación es muy buena. Sin embargo, la habitación para dos personas es muy reducida con cama pequeña para dos personas adultas. Una habitación para dos con camas individuales es mejor, como comprobé.Limpieza adecuada aunque el personal de la limpieza interrumpe por la mañana en diversas ocasiones a pesar de decir que aún no se está listo.No se oye ruido aunque el hostal esté encima del bar.Se ha de subir el primer piso andando. Posteriormente, hay ascensor

Estuve 2 días en Pamplona y encantado con este bar. Se entiende de vinos, precios razonables de vinos y pinchos y buena calidad de ellos. Agradecer a Valentín su atención en las 2 comidas que estuvimos, buena atención y trato excelente, se nota cuando a auna persona le gusta su profesión. Gracias...

La parte del bar muy bien. No se oye nada de ruido. Pero si buscas un sitio donde descansar del tirón sin que te despierten a las 8 de la mañana y cada dos por tres durante la noche..no te quedes aquí. Se entra poniendo un código. No hay recepción ni nadie que te atienda. No hay control ninguno acerca de normas de comportamiento. La gente llega a las tantas de fiesta y pegando voces, arrastrando maletas. Y no pasa nada. Y para rematar después de costar dormir, van y a las 8.30 de la mañana las de la limpieza se ponen a pegar portazos y abrir bolsas, porque claro el material está al lado de las habitaciones. Es entendible que tienen que hacer su trabajo, pero a esas horas.. enserio? Ningún tipo de respeto por los que aún duerman.

Otro robo de San Fermin.Reservamos para comer con meses de antelación, llegamos a la hora de reserva (15:00h) y no estaban preparadas las mesas. Nos piden que esperemos y durante esos cerca de 40mims de espera vemos como a gente que va llegando más tarde los van sentando en el comedor de dentro, más cómodo y con aire acondicionado. Finalmente, a pesar de ser de los primeros que habíamos llegado, nos colocan en una mesa supletoria al lado de la puerta, donde nos chocábamos con la mesa de al lado, hacía muchísimo calor por las altas temperaturas de la calle, y en la que nos tuvimos que levantar varias veces para dejar paso a algunos turistas que entraban al hostal (nos habían puesto la mesa en las mismísimas escaleras). Todas estas comodidades por un módico precio de 35€ sin contar la bebida.Además se mascaba la tensión entre los trabajadores y no dejaban de discutir y echarse gritos delante de los clientes.No pongo 1 estrella porque, por lo menos, la comida estaba buena.Nada nuevo. Práctica generalizada en los bares del casco viejo en San Fermin, pocos escrúpulos por rascar 4 menús más.

Usamos el servicio de hostal y muy bien la verdad. Muy céntrico, a escasos metros de la plaza castillo. Según bajas a la calle ya encuentras el gran ambiente que se disfruta es las calles. El acceso se hace con unos códigos tanto en la puerta de la calle, como en la de las habitaciones. Habitaciones amplias y muy silenciosas.

La comida está buena y los camareros son muy simpáticos. Las habitaciones están muy bien para el precio, no se puede pedir más. Yo he estado muy a gusto en la habitación. No hay secador de pelo. La mujer de la limpieza un amor.