Asador A Gata Meiga en Poio

El dueño y cocinero es un crack, muy buen entendedor del concepto de asador, maneja las brasas con una destreza que deslumbra, una persona cercana, amable y muy simpática. Los tomates de su huerta y los pimientos a la brasa de infarto. Un placer para los sentidos y para aquellos que buscan un valor añadido en el concepto de asador. Felicidades por la profesionalidad, estoy deseando volver.

Fuimos a cenar, el propietario, un tipo peculiar pero de lo mas salao. La carta esta bien clara con los precios y en la puerta.La carne de primera calidad y bien cocinada, las raciones generosas. Muy buena carta de vinos.Volveremos seguro!!!Ah!! El detalle para las mujeres en el baño, muy acertado. (Cometario de mi mujer)Nos llevamos un buen recuerdo.

Navajas y chuletón madurado para dos, muy rico todo, se nota que la materia prima es buena. Buenas vistas. Muy amables.

Comimos mi pareja y yo el domingo pasado y la verdad que nos quedamos un poco desencantados, en mi caso era la segunda vez que iba y en esta ocasión comimos croca y picaña dos trocitos pequeños de cada,nos quedamos con hambre la verdad, si bien el señor nos ofreció más cantidad de patatas y carne decidimos no pedir más porque en mi caso no me da la gana pagar una segunda ración cuando las raciones ya deberían de venir algo abundantes, no sabíamos si nos la iba a cobrar o si no! Lo que si se es que no me dio ganas de pasar por la incomodidad de preguntarselo al señor, con lo cual dije que no quería más y me quedé callada, a todo esto pedimos de entrante una de mejillones que nunca llegó vamos que se le había olvidado,una Copa de vino y una cerveza, casi 50€ que no se justificaron en absoluto. Mi pareja y yo decidimos no volver, en el momento cuando te dicen todo bien? Te da un poco de vergüenza ajena decirle a la persona que no! Que estas con hambre y que aún por encima estas molesto porq te falta el entrante y que al final de la comida te has quedado con hambre, y por último que nos resultó carísimo, viendo la seriedad del señor la verdad no me atreví, prefiero explicarme tranquilamente por aquí que para eso están las reseñas, y así no me dejó nada atrás.

Un sitio con mucho encanto, la comida de muy buena calidad, productos frescos y ecológicos con un sabor increíble y una buena presentación.Para el postre que siempre es difícil elegir te ofrecen una pequeña degustación de cada uno que está muy bien y poder probarlos todos.Y como amante de los gatos, verlos por allí me encantó.

Un sitio fantástico para comer o cenar. Los camareros son muy atentos, amables y divertidos. Si no sabes qué pedir de la carta (el menú cambia un poco cada día, dependiendo de lo que esté en el mercado, hay que verlo en la pizarra de fuera), te aconsejan e incluso preparan un poquito de varias cosas para que lo pruebes todo. El ambiente de taberna de confianza, con parroquianos, y la pizarra de postres para elegir lo que más te gusta, son la guinda. Y no me olvido de los gatos: se pasean por el bar como si fuera su casa, y es que lo es. Da gusto comer y verlos pasar tan felices. Una parada necesaria cuando vas por Poio.

Como en casa, producto 10, trato cercano, excelente calidad precio. Cuando puedo me acerco a disfrutar sin pensar. Confianza ciega, recomendable 100%

Estuvimos a punto de levantarnos de la mesa y marcharnos antes de pedir por las malas formas de ese señor. Le preguntamos que tipo de carne tenía para los niños y muy enfadado nos contesta que la carta está en la puerta, les puso lo que le pareció a él. A nosotros se nos atragantó el pescado deseando pirarnos cuanto antes. Los niños querían helado de postre y él contestó que los vendían en la gasolinera.No le contestamos por educación cosa de la que él carece. La pobre camarera no sé como lo aguanta allí.Evidentemente ni volveremos ni lo recomendaremos, todo lo contrario.Es mala suerte entrar en un sitio y comer mal o bien, pero por lo menos que te traten con respeto y educación, más si vas con niños.

Se come genial.Maravilloso producto.Nos han tratado muy bien.😀