A bodega de moncho en Vilanova de Arousa

Es súper bonito y súper relajante.El comedor es un patio con encanto,con mucha decoración de plantas, un hórreo y un pozo antiguo con pileta para lavar ropa a la antigua ausanza. Atención del camarero un 10.la pizza de leña enorme para una persona y muy rica. Los chipirones encebollado con vino, riquísimos, pero se presentan sin limpiar.o tardaron nada en servirnos la comida. De precio bien para 2 personas, mi novio pidió carne. 2 refrescos, pan, sin postre, unos 60 euros, merece la pena. Lo malo es aparcar, son calles súper estrechas y aparcar es todo un reto. Gracias, volveremos.Admisión de niños: Mejor sin niños, es un sitio para relajarse.Aparcamiento: Aparcar cerca, imposible

Fuimos a Vilanova para ver al grupo Treixadura y reservé en este local. Todo un acierto, el entorno genial, la comida de 10, la atención de 10. Lugar para relajarse y disfrutar. Volveremos muy pronto gracias.

Comida riquísima, trato inmejorable y sitio súper bonito. Sin lugar a dudas un sitio para repetir 👌🏻👌🏻

Un lugar con encanto gallego. Un sitio estupendo para pinchar algo o comer, buenas raciones y a buen precio. Personal muy atento. Tiene una terraza no muy grande restaurada de una casa típica gallega con pozo, lavadero y hórreo entre otras cosas. Lugar muy bonito. Reservar para no llevarse sorpresa, ya q siempre está lleno.

Pizzas por 15€ con masa congelada. Prácticamente todos los empleados en terraza sin experiencia y la actitud de los camareros deja mucho que desear. Tuvieron una discusión unos con otros en cocina y trataron a los clientes con mala leche durante toda la noche

Súper buen trato! La pizza está increíblemente buena y la tarta de queso...sin palabras!Recomendadísimo!Volveremos sin duda!

La taberna cuenta con un patio interior encantador, soleado y bien restaurado en piedra, ideal para una cita romántica. La comida riquísima, destacamos la ensalada templada de setas y un servicio muy agradable. Buena relación calidad precio. Lo recomendamos a 110%

Llevamos años viniendo a este restaurante, en un marco incomparable, rodeados de piedra de cantería y bajo una parra. La atención, inmejorable . Ángel, el dueño, un espectáculo, inteligente y pendiente de todo y de todos. Un profesional enorme. En la cocina, su mujer, cercana y encantadora. La comida, de lo mejorcito. Ningún pero. Para nosotros, imprescindible

Patio muy bonito y acogedor con un orreo de piedra enorme. Los anfitriones todos majísimos y serviciales. Fuimos con nuestro perro y no paraban de hablar con él y ofrecerle agua. Fueron encantadores. La comida muy rica y bien cocinada. Calidad precio muy bien.