Restaurante Figón la Imprenta en Sepúlveda

Hemos ido a dar con el peor restaurante de sepúlveda. Menú por 25€ y el entrecot de lo más normalillo, las patatas congeladas. Los camareros super desorganizados nos tiraron los cubiertos para que los colocásemos nosotros, la camarera no sabía si el menú incluía bebidas o no, pedimos el café y se iban pasando la pelota los unos a los otros y los estuvimos esperando 25 min. Horrible

Ofrecen menú en horario de comida y raciones a la noche. Calidad justita. Las bebidas lo mejor, un gin-tonic Larios, 5 €.

Nada recomendable. Nos dijeron que no servían en la terraza, lo cual aceptamos, pero solicitamos que al menos limpiaran la mesa y recogieran todo lo utilizado por los anteriores clientes. Tardaron en hacerlo, recogieron todo, pero no limpiaron la mesa, ni se les vio intención de hacerlo. El camarero bastante desagradable, intentaba ser gracioso y eso lo empeoraba. Se nos quitaron las ganas de comer nada en ese sitio, solo tomamos una consumición y marchamos

Hay un camarero (se ve) que al parecer se queda las vueltas... Comprobado al pedir el ticket, nos lo ha tenido que devolver.... pero es que cuando se lo preguntamos de antemano, nos lo negó. Moraleja, ante la duda pide ticket....

Le pongo cuatro estrellas por lo bien que el camarero se portó con mis hijos.El sitio en sí no tiene nada de especial la comida no está mala, croquetas congeladas pero bien cocinadas y calamares un poco sosos también congelados pero bien cocinados.La ensalada de queso de cabra lo mejor.Mi hijo se empeñó en comer patatas fritas con los calamares y el camarero nos trajo una ración sin pedírsela, la cual no nos cobró al final. Nada más que por eso merece cuatro estrellas.Por otro lado destacó los precios de la caña, 1,60 € por una caña. Hacía años que no veía esos precios!!! En resumen, raciones abundantes sin nada de especial pero a un precio muy competitivo.

Pongo dos estrellas porque el camarero fue muy agradable pero pedimos un cuarto de cordero asado y sin probarlo ya sabíamos que algo no iba bien, después solo fue peor, el caldillo sabía a agua saladísima y el cordero sabía súper fuerte con olor a pasado de fecha.

Un lugar que no tiene carta ni sabes los precios de los que estás pidiendo, los camareros y dueños bastante simpáticos pero eso no quita que el cordero esmirriado que nos pusieron estuviera bueno (apenas tenía carne). Y nada de pan de pueblo o patatas panaderas para acompañar, pan descongelado y patatas fritas de bolsa. Una decepción, dada la excepcional ubicación del sitio

Malísima experiencia. Llegamos tres amigas y había dos mesas juntas y una señora las separó para que nos sentáramos su grupo por una parte y mi grupo por el mío, la camarera nos dijo que no podíamos separar las mesas, por lo que nos fuimos.A los diez minutos volvimos a pasar y esas mesas habían vuelto a ser separadas y había gente sentada.No le pongo cero estrellas porque no hay.

Se veía venir. Desde el momento que te dicen que no tienen una carta donde ver comida y precios no esperábamos nada bueno. Como ya estábamos sentados decidimos comer unos simples huevos rotos pensando que difícil era hacerlos mal. Pues estábamos equivocados. Su interpretación de huevos rotos fue patatas fritas sin gracia con dos huevos fritos completamente fríos y dos lonchas de jamón tiradas encima . Al pagar un tinto verano, un botellin 1/5 y los huevos rotos 16 euros. Al parecernos algo elevado le preguntamos al camarero que cuanto costaba los huevos a lo que nos respondió que no sabe que preguntemos a la dueña q está dentro que es la que cobra. También pedimos ticket que reconocen que tampoco tienen. Es verognzoso que haya establecimientos como este en pleno centro de Sepúlveda donde generan mala imagen ,comes mal y a un precio abusivo. Totalmente a evitar . Los dos chicos que nos atendieron muy amables.