Colmado 1917 en Terrassa

Experiencia maravillosa de la mano de Albert, que con solo 22 años apunta maneras. Muy buen servicio y platos creados con mucho mimo.

Se nota cuando te gusta tu trabajo, un placer.Interesante propuesta de comida. Fotos de menú degustación (4px).

Magnífico e innovador concepto donde poder disfrutar con los 5 sentidos.Lo impresionante es, por un lado, la calidad y exclusividad del producto con nombre y apellidos, y por otro lado, la mínima intervención en él, con un resultado espectacular.El concepto de este singular lugar, pero no menos especial, y lo logrado en tan pocos m², es lo más sorprendente, tanto como el servicio que ofrecen esos dos chicos que ponen el alma en lo que hacen y que hacen que no se pueda contar, hay que sentirlo.El mejor Steak tartar que he probado, con la más mínima intervención, pero con ese delicado corte a cuchillo de un producto de 1° calidad.Un queso Tinerfeño que nos dejó asombrados.Un secreto macerado en mojo alucinante, la berenjena exquisita, las anchoas, el pato curado y los encurtidos elaborados por ellos y un largo etc.. que acabó en un postre espectacular sobre el papel de estraza ....Lugar especial para todo amante del buen producto, los buenos vinos y sobre todo, el servicio impecable.Volveremos sin duda.Relacion Calidad / precio más que justificados.Precio medio adaptable a cualquier bolsillo.

¡Experiencia de 10! Un sitio muy acogedor que no deja de sorprender con cualquiera de sus platos. Si quieres disfrutar de una buena cena tienes que probar este sitio, platos exquisitos a un precio asequible y un servicio muy agradable.

Ya habíamos estado en el antiguo Colmado, pero el nuevo es otra historia. Un pequeño restaurante que concentra gran calidad en todo, desde la decoración y el espacio, hasta la comida, los vinos y el equipo humano. En un ritual silencioso y sincronizado, los cocineros preparan platos aparentemente sencillos pero sorprendentes. Una gilda totalmente reinterpretada, un steak tartar con el que todavía soñamos o un postre deconstruido que cerró una cena deliciosa. Vale la pena ir, especialmente para apoyar nuevos y jóvenes proyectos, diferentes y arriesgados, que Terrassa tanto necesita.

No dudes en venir, gran experiencia y servicio

Simplemente expectacular!! Ha sido una experiencia muy diferente a lo que estoy acostumbrado a encontrar, el personal muy atento, sorprende que sin cocina se pueda comer tan bien. Felicidades! Volveremos!! El tartar de 💯

¡Una experiencia excepcional!De 10.Tenía mis reservas puesto que yo era cliente habitual del Colmado hace más de 10 años, cuando Juanjo y Laura lo regentaban y, con la reforma del local pensé que podría haber perdido su esencia, pero nada más lejos de la realidad, la experiencia gastronómica es brutal, el producto es eso, puro producto sin adornos ni condimentos que enmascaren el sabor de la materia prima de primer nivel.Se nota el cariño que han puesto en la búsqueda de pequeños productores artesanos para ofrecer al comensal lo mejor de lo mejor.Muy buena relación calidad-precio.En cuanto al local, acogedor, lo han actualizado con muy buen gusto.Y finalmente, el personal amabilísimo y muy atento.Sin duda, repetiré.

opinión versión corta:muy buen producto y de proximidad, como de proximidad y bueno es el trato del equipo del local. Servicio y producto están a la par. Toda una experiencia, en todos los sentidos, que repetiremos. Precio aprox 35-40/persona.Opinión versión extendida:Cena para dos. Viernes noche, queríamos un sitio nuevo y buscando en Google encontramos el Colmado 1917. Las reseñas eran muy buenas, pero las fotos no tanto. Hicimos la reserva, solo podía ser en barra, accedimos.Cuando llegamos, vimos en seguida que solo podíamos ir con reserva previa. El local tenía mesa para 8 comensales y barra para 4 máximo. Desde la puerta ves absolutamente todo el local.Nos recibió el propietario en la puerta, invitándonos a tomar una copa mientras terminaban las personas que estaban dentro, y preparaban el siguiente servicio.En la puerta nos encontramos las 10 personas que íbamos a disfrutar de la cena esa noche. Era como ir a cenar a casa de alguien, la atención por parte de propietario y del equipo del establecimiento era totalmente dedicada y agradable a la vez.Nos sentamos. La barra era como la isla de una cocina abierta, en realidad el local parecía una cocina americana abierta de un loft. Lo ves y escuchas todo. No hay paredes ni puertas, total transparencia en la elaboración de lo que íbamos comer. También la conversación pasaba de una mesa a otra o a cualquier persona que allí se encontraba, era inevitable pero encantador a la vez.Comenzamos. Lo primero que nos explicaron fue que todo el producto era de calidad, de proximidad y que tenia nombre y apellidos.Empezamos por el "Salmón ahumado en frío por Gaxen” (Gaxen Ortuza Bilbao), que venía acompañado por una especie de mantequilla con una textura de pomada, de leche de cabra (si no recuerdo mal) y pan tostado, que nos recomendaron comer por separado, la mantequilla con el pan y por otro el Salmon.Seguimos con el "Erizo con salsa de boniato a la holandesa y huevas de trucha". A continuación llego el "Steack tartar coreano con carne de vaca vieja" cortado a cuchillo y condimentado con un poquito de picante de mas, tal como nos indicaron antes de empezar, pero que a mí me pareció estupendo.Continuamos con el "rac de foie micuit sin mezclar, también de Gaxen" venia acompañado de una especie de pan que parecía una mezcla de brioix y croissant, que no hacía más que mejorar el foie, si era posible.De repente, de un cajón, sacaron una cajita con unas trufas. Las cortaron en laminas y nos las dieron a probar. ¡Increíble y todo un detalle!Ya habíamos terminado, pero durante toda la cena, tuvimos delante unos quesos que no dejaban de mirarnos, que no pudimos no probar.De postre nos ofrecieron chocolates y catanias, y yo feliz.Todo fue genial, excelente.Pagamos y nos fuimos con la sensación, no de haber ido a cenar, si no de haber vivido una experiencia gastronómica, sin haberlo buscado. Y mi pareja no cabía en sí de gozo, ya que esta vez había elegido él.Mirando ahora la carta, nos quedamos cortos pidiendo, porque en realidad, me apetece probarlo todo, así que tenemos que volver.