Amorino Bilbao

Helados que no son nada del otro mundo, precios desorbitados. El chico que nos ha atendido igual no tenia un buen dia pero muy poco simpatico.En definitiva un trato poco agradable para unos helados caros.

Heladería con variedad de sabores, además de smoothies, gofres y crepes y especialidad de cafés. Precios un poco excesivos. La tarrina menor que medio normal 4,9€. Se encuentra en un muy buen punto estratégico, en frente del Museo Guggenheim y Puppy, el perro decorado con flores.

Me encantan los gofres que sirven y los helados y crepes también están muy buenos. El personal muy atento y amable.

Buen servicio, hay que esperar, pero merece la pena. Son un poco caros pero merece la pena.La calidad se paga.

¿Bajo el ataque del dios Helios (Amaterasu para los otakus)? Nada como un buen helado para combatir el calor.Amplia seleccion de sabores, cremosos y sabrosos. Suele estar concurrido y haber cola.Parada ideal despues de salir del Guggenheim para relajarte y absorber toda la cultura artistica que acabas de recibir.

Surrealismo en estado puro lo de la chica que atiende hoy domingo por la tarde , típica incompetente que ni decir unos sabores por teléfono sabe , ya que ni sabe que no tiene ni la mitad de los sabores que ofrece en el local en la aplicación , pues este es el nivel ...y no contenta con ello y como le supone un gran esfuerzo el decirme los sabores , me dice que con los dos que he elegido son suficientes , había que explicarle también que fueron elegidos al azar al no saber que sabores hay realmente. Será por heladerías en Bilbao , así van algunos negocios en la villa con gente tan dispuesta a ayudar de cara el público

El sitio tiene buena pinta, pero los precios de los helados y de los gofres es excesivo para su calidad, ya que los helados no son artesanales y los hombres son congelados y malos.

Los helados de sabor están buenos pero son muy caros...si ya le añades un macarrón o nata se dispara muchísimo. Los creps antes los ponían mejor pero hoy me he llevado mucha decepción. La masa parecía chicle, frio, el chocolate brillaba por su ausencia y la nata sin nada de sabor. El crep casi 6 euros y le pido más chocolate a la chica y con malas caras. Por cierto, el chico todo el rato atendiendo sin mascarilla. Nos hemos gastado casi 40 euros para merendar pero sera la última vez.

Pésima experiencia, peor organización. Hay una cola para pagar, empiezan a acumular gente dentro cobrando a todo el mundo pero sin servirle a nadie. Pagamos helados y café, no te sirven nada, empieza a haber cada vez más gente dentro, estábamos esperando delante de los helados y nos enteramos que nos habían servido los cafés por el otro lado de la barra. Al rato, cuando ya no cabía más gente en el local, empiezan a servir helados… a todo esto, hay dos trabajadores, la chica más antipática no puede ser…El helado en sí no está mal pero para lo que vale es carísimo además de que hay poca variedad