Farketa 56 en Bilbao

No es lo que era ni por asomo. Nos ofrecen un rodaballo de casi 4 kilos y tuvimos que devolverlo a cocina por tres veces ya que estaba totalmente crudo. La excusa que nos ponen es que el horno les está fallando. La cuestión es, si no estás preparado para cocinar y mimar un pescado tan suculento, no lo ofrezcas. Eso sí a la hora de cobrar lo hacen como si hubiera sido el plato de su vida. En resumen,no se puede maltratar tanto un plato tan sencillo. Lamentable.

Clásico restaurante de los pocos que quedan en Bilbao. Tuvimos un pequeño incidente que Teresa nos los solucionó rápidamente y de manera muy eficaz. Excelente producto by muy buena elaboración. No se puede pedir más. Una opción a tener en cuenta, sin duda.

Estuvimos en familia comiendo un día de partido del Atleti y nos preocupaba la afluencia ya que suele llenarse.Conseguimos mesa y si hubiera sabido las cantidades reales quizás hubiéramos pedido menos platos.No nos esperábamos el detalle del aperitivo.Todo estaba muy rico, aunque el precio no estaba acorde a la calidad de la materia prima.Pedimos cordero asado para uno y Chuletón para 2 personas y sobró de ambos.Dejó un poco que desear el Chuletón al tener mucha ternilla.Personal correcto y atento en todo momento.A los precios de la carta, ya altos de por sí, había que Añadir un 10% de IVA.

La verdad es que dejan mucho que desear. Nosotros estuvimos la semana pasada de viaje en Bilbao y nos fuimos muy decepcionados de éste sitio. Íbamos con niños y prácticamente se fueron sin comer y aún así no nos sirvieron lo que pedimos porque según el camarero de afuera el cocinero se atascó en la cocina. Estuvimos más de una hora para que nos sirvieran lo que pedimos. Un sólo camarero para atender barra, terraza y mesas por favor. No lo recomiendo para nada y si algún día vuelvo a Bilbao ya sé dónde no tengo que ir. Si les falta gente que contraten y si no podían atendernos correctamente que no lo hubieran dicho y hubiéramos buscado otro sitio

Muy mala experiencia por el servicio, en primer lugar reservamos para 6 con dos carros de bebé, y nos ponen al lado del baño sin hueco para dejar nada cuando avisamos que íbamos con bebé.Éramos 6 pedimos 2 de sardinas, 2 de gambas, 1 de corquetas, 1 ensalada ventresca y chuleta para todos.Entramos a las 2 de la tarde son las 4 30 y aquí seguimos aún, se equivocaron de mesa con la chuleta, trajeron 1 de gambas y la otra como media hora más tardeSe salva que la comida está buena, la chuleta estaba muy bien pero la organización es penosa. No volveremos.

Muy buen restaurante, buena atención y muy buen servicio. Comimos Jamón, muy bueno, y una ensalada de Ventresca, que estaba deliciosa. Mi marido pidió Solomillo al Oporto y yo Corzo. El Solomillo fantástico y el Corzo igual. De postre Helados de Vainilla con fresas buenísimos. Cogimos una Botella de Viña Alberdi fantástica. Volveremos tanto por la comida como por la atención que nos prestaron.

Un cortado y un zurito, un bocadillito de tortilla y un sándwich me ha contado 7, 20, francamente me ha parecido muy caro. En su día fue un bar restaurante muy bueno pero hoy en día tristemente se ha quedado fuera de juego.

Buenos platos, ensalada de ventresca rica y contundente, los pimientos rellenos de merluza.....yo dejaría los trozos del pescado sin triturar, que se noten,pero de buen sabor , y la chuleta( rubía gallega), muy muy rica, era de esperar y el postre , una torrija, muy rica también.Volveria x aquí.Gracias

Cono restaurante no puedo opinar mucho. Solo he comido una vez aquí y me pareció bastante normal, comida correcta, cantidad buena y precio regular…Como cafetería lo he visitado a menudo, pero una lastima!! El buen nombre que tenia lo están echando a perder si no lo han hecho ya. Iba cuesta abajo y la pandemia lo ha rematado. La atención justita-justita pero es que ademas el espacio no acompaña!! Se hace imprescindible una renovación y ademas la competencia en los alrededores es alta, con lo cual mi recomendación es que busques cualquier otro de los 20-30 locales que tendrás en 300m a la redonda, al menos hasta que se pongan las pilas.