Jateko en Bilbao

Espectacular, comida casera excelente trato, os recomiendo ensalada tomate ,boletus de temporada, callos a la vizcaína acompañado con sidra y tarta de queso con pacharan espectacular

Lástima que descubrimos este sitio demasiado tarde, pero aún así nos dio tiempo a probar el rabo de toro, las tortillas y el morro y la oreja...DELICIOSO TODO. Y Karmen es una persona encantadora y súper amable, una pedazo de mujer y cocinera. Volveremos a por más Karmen, un placer estar en tu negocio. Ah, por cierto, los comentarios que he leído sobre el precio...Sinceramente me alucina, soy de Barcelona y en poquísimos lugares se come esa calidad por ese precio, así que por favor, no dudéis un minuto en ir.

La calidad del producto es buena, el precio muy caro. Las raciones son muy pequeñas.

Pésima atención! Hicimos una reserva con dos semanas de antelación y cuando llegamos al restaurante nos dicen que la reserva no existe y que allí no hemos llamado, patética respuesta y atención al cliente. En vez de ayudarnos, nos invitaron a salir y nos quedamos sin comer. Sitio no recomendable, no vayáis!

Muy buena experiencia fuera de todos los mapas locales de Bilbao. Cocina de casa, trato familiar, un espectáculo.Los hongos brutales, las kokotxas especiales, los garbanzos con bogavante….menudo hit, el rabo es-pec-ta-cu-lar y el flan de escándalo, en fin todo un acierto.Mención especial a las Burguers y las mollejas que hoy no pudieron caer pero que lo han hecho…🤤

Estaba todo espectacular. Comida casera de calidad y trato familiar. Que más se puede pedir. Para mi destacar los garbanzos con bogavante, las antxoas y las mollejas. Ahhhh y el flan de queso

Hemos comido el menú del día por 25 euros y ha merecido la pena. Los garbanzos con bogavante son merecidamente famosos, pero el rabo de toro y el flan de queso son también espectaculares. Gente maja.

Se encuentra en la calle Fernández del Campo en un lugar cercano al centro de la ciudad. Al entrar parece un bar tradicional con arte y motivos del país vasco. Nos recibieron muy atentamente y nos llevaron al pequeño comedor que está en el fondo.Elegimos los platos que se pueden ver junto con un vino e iremos desglosando cada uno.Los garbanzos con bogavante que son famosos estaban bastante ricos y la verdad son un buen entrante. El sabor del crustáceo era tan sutil que no molestaba y permitía al garbanzo suavizar su presencia. Un detalle a tomar en cuenta es que te dan unas toallitas aromatizadas para lavarte las manos después de la comida.El segundo plato fue rabo de toro. Nos encontramos con un plato que al final aunque estaba bueno nos llegó un poco frío y la carne se desasía en nuestra boca a igual que las patatas estaban echas en casa y se notaba por la frescura de su sabor. Ahora bien, la cantidad nos dejó un poco de hueco en el estómago y por ello nos decantamos por una ración de albóndigas.Normales sin nada en especial que una buena ejecución en su confección.En cuanto al postre el flan de la casa estaba muy rico y cremoso aunque el hojaldre de mantequilla quizás puede decepcionar un poco ya que la mantequilla está bastante sólida.La puntuación viene por lo siguiente, el precio por lo que pedimos fue bastante elevado y hay que ser justos diciendo que añadimos unos cafés y un chupito. Fuimos 3 personas y salimos a 56€ por persona. Honestamente la comida estuvo bien pero quizás este precio no sea el adecuado por toda la experiencia. Por este motivo es recomendable pero también se debe decir que es mejor escoger con cierta cautela.

El local está céntrico. El restaurante es atendido por una familia que parece lleva allí mucho tiempo con el negocio. Son amables y lo que es el restaurante está en un lugar condensado, poco espacioso entre las mesas y con decoración ochentera. Las camareras son correctas. La comida es sabrosa y cocina de esas de casa, de ahí el nombre del restaurante. Pedimos especialidad que es el rabo. También albóndigas y unos entrantes. Todo bien y disfrutamos la experiencia, especialmente por la compañia y camaradería entre nosotros. El precio, al llegar la dolorosa, parecía directamente de Noruega. Sabíamos lo que valía aprox. pero quisimos probar esta experiencia. La verdad es que no es para repetir a menos no te importe en excesivo el dinero o trabajes con bitcoins. Me gustó ese viaje en flashback a otro tiempo.