Bar Tanger en San Sebastián

Un servicio pésimo, la jefa borracha con la copa de vino gritándole al camarero, el cafe aguado con sabor a maquina sucia, las mesas no se limpian desde el año pasado, sucio y destartalado, aquí viene una inspección y no lo cierran, lo tiran abajo, no vuelvo ni aunque sea el único bar abierto de España.

Hola soy clienta avitual del bar Tanger y no estoy de acuerdo con lo k dicen esos chavales. Llegaron se sentaron u ocuparon casi todo el bar un largo tiempo sin tomar nada. Los carotas son ellos y mal educados también. Gracias

La Encargada del local más maleducada que me he encontrado nunca! No recomiendo para nada ir.

Camarero agradable y pintxos ricos pero las raciones de tortilla muy pequeñas, realmente son medias raciones de tortilla.

Acudimos al local el día 15 de agosto, tras esperar en la terraza durante más de 20 minutos sin ser atendidos y viendo como atendían a otras mesas que habían llegado más tarde. Decidimos ir a pedir la consumición dentro para rebajar el tiempo de espera, donde nos respondieron de no muy buenas formas que ese servicio lo ofrecía el "chico tan amable" que estaba allí mismo y que nos vio en ese momento. Volvimos a la terraza y tras esperar otros 15 minutos y ver que no nos atendía pero sí atendía a otras mesas, decidimos marcharnos sin consumir. Gracias por hacernos perder un cómputo global de 35 minutos de nuestras vidas. Sin duda volveremos a este local cuando queramos perder el tiempo. El mejor café invisible de mi vida.

Hoy tenía cita en la hacienda y fui a tomar un café y todo muy bien,La camarera súper agradable y maja .

30 minutos esperando a que el camarero nos atienda. Entramos adentro del bar para facilitar el trabajo, y nos devuelve a la mesa para poder cobrarnos el servicio a terraza el cual es inexistente. Volvemos a esperar para que nos atienda con comentarios fuera de lugar y muy asquerosos. Tan asquerosos como el café que era más negro que la diarrea de mi amiga y más aguado que el río urumea. Unas patatas bravas que no tienen nada que envidiar a las de comida rápida. Una salsa que mejor no comentar, y restos de otras comidas que venían de visita de la freidora. Por último el pan estaba más duro que la cara de la dueña del bar, una señora sinverguenza que te echa y te menosprecia como cliente. Sin duda alguna no volveremos a venir.

Podría salir como ejemplo en la definición de antro. No comulgo con esa celebración del feísmo o la cutrez de quien piensa que esto es "decoración auténtica" o "uno de los pocos sitios con alma que quedan", pero he de reconocer que tiene su gracia visitar otros siglos de manera esporádica.Lo que salva a este lugar y que eclipsa la presentación del local o el servicio un tanto informal es que tiene tapas que están siempre buenas, y en algunos casos llegan a ser excelentes.Desde luego bate a la inmensa mayoría de locales para turistas de la Parte Vieja, tanto en autenticidad (en lo bueno y en lo malo) como en precios (aun sin ser particularmente barato).

Muy buen trato, tome café y pincho de tortilla de chaca, volver