Hidalgo 56 en San Sebastián

Lugar con muy buena ubicación y un buen camarero de terraza.Lugar con cierto olor a fritanga, te trae la carta el camarero amable y atento.Esta tiene una cubierta medio deshecha y un plastificado pringosillo.Pedimos, empanadillas de txangurro fritas como un churro y prácticamente sin relleno, mal.El resto normal se puede hacer una tortilla de patatas mal? Pues si pero no fue el caso.Capítulo aparte las croquetas que pedimos que no pagué, en una de ellas después de meterla en la boca me encuentro un clavo de unos 15mm que sacó de mi boca y que no me causo ningún daño.Se lo muestro al camarero y se quiere morir, el barman baja la mirada como intuyendo de donde a salido.Terminamos de comer de inmediato y nos marchamos eso sí sin pagar las croquetas aliñadas con ferralla.CHICOTE!! TIENES TRABAJO EN EL HIDALGO56!!

La relación calidad precio está muy bien! la atención es exquisita, lo único malo que tiene es que no tiene espacio o un espacio muy reducido para el menú del día, pero en cuanto cocina servicio y atención chapó.

Si existiese la media estrella se la daría sin dudarlo. Fuimos una noche en un finde y resultó ser, con unos pequeños matices a mejorar, una agradable sorpresa.Hay que decir que su ubicación es una rara mezcla de "paso" y "oculto"; de "paso" por estar en una "Avda" y "oculto"por estar fuera del gastro-circuito habitual de gros y resultado de ésto es un ambiente íntimo y cercano, quizás demasiado cercano.Un punto a destacar es la contrastada energía del personal a la hora de comunicarse con el público, algunos son muy efervescentes mientras otros pueden resultar torpes a la hora de marcar la mesa o cambiar cubertería/servir. Puede que se tomen muchas libertades a la hora de preguntar ciertas cosas a los clientes pero cada uno es como es y se agradece más la naturalidad que un servicio frío, ¿no?La relación calidad-precio es un tanto escabrosa de comentar pero ahí vamos: en mi caso, tomé 3 platos, un "sashimi" que parece anacrónico en su recetario clásico, atún que fardaba ser de tarifa, yo a modo personal creo por fechas y disponibilidad de producto puede que sea más atún de Makro que del sur. He llegado a pensar que sería una artimaña para justificar su precio, práctica muy habitual en gros. El atún estaba muy bueno y su aliño y su tosta, lo recomiendo si no te preocupa el dinero.El segundo plato a probar fue un bacalao al "pil-pil", un puntazo a favor fue el detallazo de poner dos lomitos en platos diferentes . El pil-pil estaba bien de sabor , de hecho rebañé el plato pero no estaba montado con la textura adecuada del pil-pil y su piel la hubiese agradecido más marcada para generar un contraste entre esas lascas y un crujiente, la guarnición era unos padrones muy salados y de ésto hablaremos más adelante.De tercero y acompañado por dos copas de un crianza muy decente vinieron unas chuletillas de cordero guarniciónadas con una ensalada verde y patatas/ pimientos, muy salado todo en su conjunto y eso que veníamos se comer platos subidos en sal. El punto de las chuletillas se hubiese agradecido más hecho pero es algo que no se suele puntualizar dado el nivel de grasa del cordero y se sobreentiende.Ahora bien, el local está partido en bar y salón por la cocinita que es abierta y el baño que está justo en frente, resulta curioso de ver pero acabas oyendo las conversaciones entre barra y cocina. El baño tiene una nevera en la primera parte y el comedor del fondo está también con un par de cámaras lo cual te puede dar la sensación de que estás comiendo en un trastero, si las botellas las tienes de exhibición deberían estar un poquito más pulcras para mí gusto. Te ponen más pan sin avisar de que te van a cobrar por ello, das por entendido que el precio de la carta ya incluye el pan pero no. En el salón faltaba música y podías oír lo que hablaba la otra mesa.La curiosidad me salió sobre los 80€ , entiendo que la parte del bar tenga adeptos y también oí un historia sobre el prestigio del garito pero no creo que concuerden en si.Vas a comer bien aquí, un buen producto, un trato simple. El precio es elevado para lo que ofrece, volveré más adelante a ver si supera mi primera impresión.

Nos decidimos por este sitio y reservamos. Entramos a las 13h y pedimos pintxos y medias raciones, a la media hora vamos a pedir más cosas y nos dice la dueña que es la que está en la barra que ya no hacen ni pintxos ni medias raciones. Le preguntó que porqué cuando media hora antes sí, y la respuesta es que la cocina es muy pequeña...perdón?? Como comprenderá, no pedimos más cosas, no voy a pedir raciones enteras porque ahora ya no os interesa ofrecer lo que tenéis en carta y por todos los sitios del bar. Decepción. No lo recomiendo.

La comida está muy bien.No te atienden en la terraza de afuera, debe pedir dentro del local y luego te lo sirven.El pago con tarjeta también hay que hacerlo en el interior.El servicio es rápido y las camareras muy amables y educadas.Los tacos están espectaculares, la carne está muy jugosa.

Cocina clásica con buen producto y perfecta ejecución. Una bodega impresionante en calidades para un comedor de su tamaño . . . su única pega. El trato y servicio son impecables, muy simpáticos a la par que discretos. Una agradable experiencia

Una agradable sorpresa y una carta de vinos brutal.

Un acierto haberlo encontrado. Muy rico todo

Todo delicioso y el trato del personal muy amable.Muy recomendable.Repetiremos