Establishment with ok food and ambience, good service, but extremely rude owner. In summary, we were singled out by the owner, as we literally entered the restaurant for our reservation, because we have small children. The owner, without any provocation, told us we could only sit where we had reserved if our children knew how to behave properly. All of this without even knowing where we would sit, or having spent more than 30 seconds in the restaurant, and we already felt completely unwelcome.Establecimiento con comida y ambiente correcto, amable servicio pero con trato extremadamente desagradable y maleducado del dueño del local.Ayer, 11 de julio 2022, sin siquiera haber estado TREINTA SEGUNDOS en este local, uno de los socios (calvo, flaco, con nada distinguible mas allá que vestido de azul con pantalones cortos) nos interceptó al entrar y advirtió que “normalmente no aceptan reservaciones en la sala principal con niños a menos que se comporten”. REPITO, teníamos reservación, no teníamos más de treinta segundos en el restaurante….entramospara pedir nuestra mesa, y este individuo que claramente no es quien mantiene la reputación del local al público día tras día (y estaba en el local como acto de presencia), interviene sin NINGUNA necesidad, para únicamente señalarnos personalmente por tener niños, y nos hace sentir claramente que NO SOMOS BIENVENIDOS en su sala a menos que nuestros hijos “sepan comportarse”. Todo esto sin que aún sepamos donde nos vamos a sentar finalmente. Eso si, este dueño se siente en la gloria juzgando a sus clientes cuando le conviene, ya que la mesa de al lado donde queríamos estar, con 12 hombres de cena de negocio, bebiendo copas a todo dar y hablando en voz alta da igual…lo que molesta son las familias de otros…jamás será la suya cuando le toca salir de su casa con su hijo, pareja y/o amigos.Siendo una familia con tres niños pequeños, somos conscientes de lo que implica salir de casa. No es fácil. Está claro. Pero de ahí a que un desconocido prejuzgue nuestra aptitud como padres y el comportamiento de nuestros hijos sin siquiera haber “existido” en su local, no es solo una falta de respeto, es un acto maleducado y mezquino por parte del dueño.Con lo cual quiero dejar absolutamente claro que todas las Señoras y Señores que luego nos atendieron, y nos pidieron repetidas y muy encarecidas disculpas por el comportamiento del socio/dueño del restaurante, son la razón exclusiva por la cual al final no nos fuimos y disfrutamos de la cena, ie, fueron todos amables, educados, siempre con trato cordial y cariñosos con nosotros y nuestros hijos. Todo lo contrario al caballero que se plantó en el restaurante como uno de los dueños del restaurante.En resumen, este es un establecimiento demasiado caro, en una ciudad donde comer cocina muy buena e innovadora es fácil, y que desafortunadamente es gerenciado por personas no interesadas en la gastronomía o el trato al público, sino en hacer dinero.Primera y última vez.